Esta vez sí. El Racing de Santander ha certificado su clasificación para el playoff de ascenso a Primera División tras vencer al Granada por 2-1 en un partido que pasará a la historia del club verdiblanco. Una noche cargada de nervios, tensión y emoción que encontró su desenlace en un gol surrealista de Sangalli en el minuto 95, cuando parecía que ya todo estaba escrito.
La tarde arrancó con El Sardinero vestido de gala, con un ambiente de grandes citas desde mucho antes del pitido inicial. La afición, entregada, no dejó de empujar a los suyos en una previa en la que hubo pancartas, cánticos, bengalas y una única consigna: ganar o puntuar, pero no quedarse a las puertas otra vez. El Racing llegaba con los deberes medio hechos, pero sabiendo que un tropiezo combinado con una victoria del Almería podía dejarle fuera. Y durante muchos minutos, el fantasma de esa posibilidad sobrevoló el estadio.
El Granada se adelantó de manera fulgurante, a los pocos segundos de comenzar el choque, aprovechando un error defensivo que dejó helado a más de uno en la grada. No era la primera vez esta temporada que los santanderinos regalaban un tanto. Pero esta vez no hubo tiempo para lamentos. Arana puso las tablas antes de la media hora de juego tras un magnífico pase de Andrés Martín, que volvió a ser clave. El 1-1 servía, pero los nervios no desaparecieron.
Antes del descanso, el partido dio un giro importante. Neva fue expulsado por frenar una clara ocasión del Racing, y los de José Alberto se lanzaron a por la victoria. En la segunda parte, fue un asedio continuo de los verdiblancos. El Granada apenas podía salir de su campo, aunque sus escasos acercamientos llevaban veneno. Mientras tanto, Luca Zidane se erigía como el héroe nazarí, sacando manos milagrosas a remates de Andrés Martín, Karrikaburu o Lago Junior.
Las oportunidades llegaban, pero el gol no. El Almería seguía ganando al Tenerife y eso obligaba al Racing a no perder. La tensión se mascaba en cada balón dividido, en cada córner, en cada decisión arbitral. La grada vivía en vilo y el equipo no encontraba el camino, hasta que llegó lo impensable.
Minuto 95. El portero del Granada, Luca Zidane, se anima a jugar el balón desde su campo, pero su pase es un error clamoroso. Sangalli, atento, intercepta en el centro del campo, levanta la cabeza y, sin pensárselo, golpea con fe. El balón avanza lento, casi con desgana, pero va bien dirigido. La grada contiene el aliento. Y entonces, el balón cruza la línea. Gol. Gol del Racing. Gol del playoff. Gol de una temporada.
Lo que vino después fue un estallido de júbilo colectivo. Jugadores abrazados, aficionados llorando, bengalas encendidas, un rugido que retumbó en los Campos de Sport de El Sardinero como hacía mucho que no se oía. El Racing, que durante buena parte del año coqueteó con la irregularidad, ha sabido llegar vivo al final. Y ahora, con esta victoria épica, se mete de lleno en la lucha por el ascenso.
El triunfo, unido a los resultados del resto de la jornada, confirma a los cántabros en la quinta plaza. Eso significa que se medirán en la primera eliminatoria al Mirandés. Pero esa es otra historia. Hoy, en Santander, solo hay un sentimiento: orgullo. Porque esta vez sí. Porque el Racing, tras años de sufrimiento y altibajos, vuelve a ilusionarse de verdad. Porque jugará el playoff. Porque el fútbol, de vez en cuando, también es justo.
La fiesta, sin embargo, no se detiene. El próximo domingo, a las 18.30 horas, El Sardinero volverá a ser el epicentro de la emoción. El Racing recibirá al Mirandés en el partido de ida de la primera eliminatoria del playoff de ascenso a Primera División. Un duelo entre dos equipos que han peleado hasta el final por estar aquí y que sueñan con hacer historia. La afición cántabra ya prepara una nueva cita con su equipo, consciente de que esta vez el objetivo está más cerca que nunca.