El Racing no pudo cerrar 2024 con la victoria que la afición esperaba. En un partido que parecía bajo control tras alcanzar una ventaja de 2-0 en el segundo tiempo, los santanderinos dejaron escapar dos puntos ante un Eldense que, sin demasiados recursos ofensivos, logró rescatar un empate en los últimos minutos. El 2-2 final en El Sardinero deja más dudas que certezas, especialmente en la parcela defensiva, donde los errores y la falta de concentración volvieron a costar caro.
La tarde comenzó con un ambiente festivo en las gradas. La afición, que llenó el estadio, esperaba una victoria convincente que pusiera fin a la mala racha y devolviera al Racing al liderato de la categoría. José Alberto López, consciente de las críticas recientes, sorprendió con un once renovado, incluyendo a varios jugadores poco habituales como Salinas y Maguette, y confiando en una dupla central formada por Javi Castro y Saúl.
La primera parte fue poco vistosa. Aunque el Racing intentó llevar la iniciativa, el equipo se mostró impreciso y falto de ideas en ataque. La presión del Eldense, bien organizada por su técnico Daniel Ponz, cortó las líneas de pase y forzó numerosas pérdidas en el centro del campo. En los primeros 45 minutos, solo Karrikaburu dispuso de una ocasión clara, pero su disparo fue bloqueado por un defensor rival. Por su parte, el Eldense apenas inquietó la portería de Ezkieta, salvo en un par de acciones aisladas, destacando un disparo de Quintana que el meta local solventó sin problemas.
Tras el descanso, el Racing mejoró notablemente con los cambios introducidos por José Alberto. Vicente, Arana y Aldasoro aportaron frescura y dinamismo al equipo, lo que se tradujo rápidamente en el marcador. En el minuto 61, Karrikaburu puso fin a la sequía goleadora del equipo tras aprovechar un mano a mano con Mackay. El gol liberó a los racinguistas, que ampliaron la ventaja en el 70 gracias a un potente zurdazo de Andrés Martín, recién incorporado, que parecía sentenciar el encuentro.
Pero cuando todo apuntaba a una tarde tranquila, el Racing volvió a mostrar su talón de Aquiles: la defensa. En el minuto 85, un centro al área mal defendido permitió a Grigore recortar distancias, devolviendo la incertidumbre al marcador. Y en el tiempo de descuento, un nuevo desajuste defensivo dejó solo a Ropero, que no perdonó y estableció el definitivo 2-2. El desconcierto en la zaga fue absoluto, con los centrales mal posicionados y los laterales incapaces de cerrar las bandas.
El Eldense, que llegaba en puestos de descenso y sin haber ganado en más de un mes, apenas necesitó insistir para sacar rédito de los errores locales. Aunque su planteamiento fue más conservador durante buena parte del encuentro, su fe en los minutos finales le permitió llevarse un punto que sabe a victoria.
En contraste, para el Racing el empate deja un sabor amargo. Los errores defensivos, la falta de contundencia en los despejes y la incapacidad para gestionar los minutos finales vuelven a encender las alarmas. No es la primera vez esta temporada que el equipo pierde puntos por falta de concentración en los últimos instantes, y es una asignatura pendiente que José Alberto y su cuerpo técnico deberán resolver cuanto antes si quieren aspirar al ascenso.
El balance de este cierre de año es agridulce. Por un lado, el equipo mostró capacidad para generar peligro y romper una dinámica negativa en ataque, con buenos minutos de jugadores como Karrikaburu y Andrés Martín. Pero, por otro lado, la fragilidad defensiva y la ausencia de liderazgo en la retaguardia vuelven a ser motivo de preocupación.