El portavoz del Grupo Parlamentario Regionalista, Pedro Hernando, ha valorado hoy como «una decepción enorme» los nueve primeros meses de Gobierno del Partido Popular que se cumplen hoy y ha reprochado a la presidenta, María José Sáenz de Buruaga, su «falta de gestión» y de «un modelo claro» para la Comunidad Autónoma.
«Les hemos permitido ser presidentes, les hemos dado el instrumento, que es el presupuesto, pero ellos tienen que gestionar y ahora mismo no vemos un Gobierno con capacidad de gestión», ha asegurado Pedro Hernando en una rueda de prensa en la que ha augurado un verano «sin consultorios rurales, sin energía eólica, sin Ley del Suelo, sin decreto de pisos turísticos, sin simplificación, sin autónomos nuevos, sin un desarrollo del mundo rural, sin menos burocracia, porque lo que sí hay son más directores y más altos cargos, y sobre todo sin un modelo claro de hacia dónde se quiere que vaya Cantabria».
A su juicio, la Comunidad Autónoma está «estancada y cuesta abajo como el tobogán de Cabárceno», un proyecto con el que ha ejemplificado la acción del Ejecutivo, «no se ponen de acuerdo ni entre ellos sobre si va a haberlo o no». Pedirá por ello explicaciones a la presidenta en el Pleno del próximo lunes, donde le planteará «si no ha llegado ya el momento de hacer algo, de poner en marcha las políticas reales y quizá de pensar que es mejor cambiar a aquellos que ha puesto a tomar las decisiones».
En este sentido, ha recalcado que todas las «buenas noticias» que se han producido en este tiempo han sido debidas a «la inercia» del Gobierno anterior, como el crecimiento del puerto de Santander, conseguido gracias a «las inversiones realizadas en la legislatura pasada, a la presión del PRC en Madrid y a la buena gestión de Francisco Martín como director»; o los avances de la Alta Velocidad y La Pasiega, dos proyectos que «iban muy bien», pero se están «deshinchando», porque existe «poca reivindicación y poca capacidad».
El portavoz regionalista cree que es «un triste bagaje» para «el Gobierno del cambio y de la salud, como dijo la presidenta», que prometió un pacto sanitario en 100 días y «ha sido incapaz de aprobarlo en 300», no ha logrado solucionar las listas de espera, no da a conocer los datos reales, mantiene el proyecto de la unidad de protonterapia «al ralentí» y tiene a un consejero que «aboga por la sanidad business, por los médicos mercantilizados y que cerrará este verano decenas de consultorios rurales, porque no cree en la medicina rural». «¿Se merecen los cántabros un consejero así?», ha cuestionado.
La situación en materia industrial «no es mucho mejor», ya que el Ejecutivo se comprometió a impulsar los proyectos eólicos y heredó «prácticamente culminada» la tramitación del parque de El Escudo, pero sigue sin ponerlo en marcha. Además, se ha preguntado «qué fue de la inversión de Repsol en Aguayo y de los 100 millones anunciados a bombo y platillo por el consejero de Industria para Sidenor», donde -ha dicho- «la única noticia que he leído con tristeza es el ERTE, lo mismo que en Bridgestone y en numerosas empresas de Cantabria».
El portavoz del PRC ha sido especialmente crítico con el plan de ayuda a los autónomos presentado hace 50 días y que incluía como «producto estrella» la creación de una oficina virtual que iba a ser «la solución a todos los problemas» y de la que hoy «no hay nada», pese a contar con 50.000 euros de presupuesto. «Me pregunto si no habrán conseguido un autónomo nuevo en Cantabria que, con todas esas ayudas que se les dan, les haya hecho una página web por 50.000 euros en 50 días», ha ironizado.
Autónomos
Asimismo y tras realizar un estudio pormenorizado sobre los contenidos de dicho plan y sus dotaciones presupuestarias, ha explicado que la diferencia en relación con el presupuesto del anterior Gobierno son 4,2 millones de euros más, manteniendo las mismas medidas con la única novedad de la oficina virtual y la cuota 0 para los nuevos autónomos, a la que se destinan 10 millones de euros del total de 37,8, «con una pequeña trampa», porque esa cantidad supone que Cantabria registrará este año 10.000 nuevos autónomos y que cada uno contará con 1.000 euros de ayuda, cuando lo cierto es que la región tiene un total 41.000 y en el primer trimestre sólo se han contabilizado 100 nuevos.
A tenor de esas cifras, ha destacado que «en el mejor de los casos» este año habrá 1.000 nuevos autónomos, por lo que el Gobierno gastará 1 millón de euros y no los 10 presupuestados, lo cual supone que en lugar de destinar a este colectivo 4,2 millones de euros más que en 2023 percibirán «5 millones menos de inversión». «Éste es el plan estrella de este Gobierno, el que anunciaron sin tener nada de nada», ha enfatizado.
En similares términos ha descrito la política turística, marcada por el incumplimiento del compromiso de investidura de aprobar antes del verano el decreto de viviendas turísticas y un Año Jubilar Lebaniego «de traca», en el que «lo mejor» ha sido la foto «maravillosa» del Ejecutivo en el interior del Monasterio de Santo Toribio, la cual «marca claramente lo que es el Año Jubilar y el desarrollo turístico para este Gobierno: soledad, vacío, falta de ilusión, falta de gestión». «La foto solo tiene dos cosas buenas, que el Gobierno ha perdido perdón y que los alcaldes de Liébana han conseguido su objetivo de que Potes tenga médico durante un día, porque estuvo el consejero toda la mañana; ése es el milagro del Santo», ha bromeado.
Pedro Hernando se ha referido también a la gestión del consejero de Fomento, que ha conseguido «un avión para un día y en una sola dirección», y del titular de Medio Rural, reprobado por el Parlamento. «Nos está llevando al precipicio», porque no ha pagado a tiempo los adelantos de la PAC, no ha convocado las subvenciones, «no ha movido ni un dedo» por solucionar el problema del lobo y ahora se dedica a «estudiar si hay que hacer batidas para retirar los jabalíes de la costa». «Pues claro que hay que hacerlas», ha recalcado.
Por todo ello, el portavoz regionalista ha concluido que el Gobierno «ha brillado por su ausencia» en los nueve meses transcurridos de legislatura y ha dudado si su apuesta por la simplificación administrativa significa «no hacer nada».