El Palacio de Festivales de Cantabria estrena este viernes la última producción de Noviembre Compañía de Teatro, ‘Las locuras por el veraneo’, de Carlo Goldoni, una adaptación de la comedia del dramaturgo italiano, ambientada en los años 20, en la que critica los excesos consumistas de la sociedad de su época.
Se trata del quinto estreno de los siete programados en la actual temporada del Palacio, además de constituir el cuarto estreno de carácter nacional, según ha dicho el director general de Cultura y Patrimonio Histórico, Juan Antonio González Fuentes, en la presentación de la obra, donde ha estado acompañado por el director, Eduardo Vasco y dos de sus protagonistas, Elena Rayos y Rafael Ortíz.
‘Las locuras por el veraneo’, una coproducción con el Teatro Español, está dirigida por Eduardo Vasco, director a su vez de Noviembre Teatro, que inició su actividad en 1995, interrumpida únicamente los años en que Vasco ocupó el cargo de director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, de 2004 a 2011.
La compañía, que ha pasado en más ocasiones por el Palacio de Festivales, la más reciente-según González Fuentes- fue en abril con ‘Abre el ojo’ de Rojas Zorrilla en el ciclo ‘Miércoles íntimos’, continúa explorando en la comedia española y el teatro clásico y ofrecerá, en esta ocasión, dos funciones, el viernes, 24 de noviembre y el sábado, día 25, en la Sala Pereda a las 19:30 horas.
En su intervención, González Fuentes ha agradecido a Noviembre Teatro que haya elegido al Palacio de Festivales para hacer llegar a los cántabros, antes que al resto de España, esta «divertida y elegante» comedia en «formato de estreno», que posteriormente recalará en las Naves del Matadero del Teatro Español.
Versionada y dirigida por Eduardo Vasco, es la primera de una trilogía, y cuenta con la interpretación de Jesús Calvo, Elena Rayos, Rafael Ortíz, Mar Calvo, José Ramón Iglesias, Alberto Gómez Taboada, Celia Pérez, Anna Narcher y Manuel Pico, un elenco al estilo de las comedias de repertorio, con un tipo de formato de nueve actores que ahora es «prácticamente inasumible» y que encaja en una línea de apuesta por una cultura «más elaborada», según ha señalado su director.
En la presentación de este montaje Vasco ha vinculado la trayectoria de la compañía con el talante de Carlos Goldoni, un autor que, como todos los dramaturgos ilustrados, quiere que la sociedad se transforme y reflexione y trata de aportar al mundo un mensaje de transformación ligado a la Ilustración. «De los mejores artefactos escénicos con los que un oficiante teatral puede desear trabajar», ha resaltado.
Para esta nueva apuesta por Carlo Goldoni ha optado por un estreno en el Palacio de Festivales, «uno de los espacios mejor programados de este país», ha asegurado, y del que ha alabado su equipo técnico.
Por su parte el actor, Rafael Ortíz, que representa a Leonardo, ha descrito su personaje como alguien inmerso en una vorágine que se ve obligado a aparentar. Ortíz ha destacado como elemento común a todos los personajes su «sangre caliente» y esa energía mediterránea que, en una peripecia aparentemente sencilla, profundizan en temas importantes como el amor, el respeto o las relaciones de pareja.
Para su coprotagonista, Elena Rayos, se trata de personajes «muy coherentes» con el momento que viven y que defienden unos argumentos de actualidad, una descripción que ha sido apoyada por el director de la obra que ha calificado el discurso de emancipación del personaje de Giacinta como «cuasi feminista».
Trama de la comedia
Se trata de una comedia divertida y elegante que cuenta la historia de dos galanes enamorados de la misma mujer, dos damas que rivalizan por estar a la moda, criados que no salen de su asombro, pero enredan el servicio de sus amos, padres que no entienden nada y amigos aprovechados, que completan este cuadro de personajes lleno de humor en una versión de la clásica comedia de Carlo Goldoni.
Escrita en 1756 su trama gira en torno a un grupo de personajes que buscan disfrutar de unas vacaciones de verano en el campo. El elenco incluye a personas de diversos orígenes sociales y personalidades, lo que da lugar a varios enredos cómicos. El montaje se basa en las tensiones entre la vida en el campo y la ciudad, así como las diferencias culturales y las expectativas de los personajes. Con todo ello, Goldoni utiliza el humor y la ironía para explorar temas como la vanidad, la hipocresía y la búsqueda de los placeres mundanos.