El hombre que fue agredido brutalmente en un piso de Santander en septiembre de 2022 ha declarado este martes en el juicio que el acusado estaba “celoso” de él por su relación con una mujer, y que le amenazó con las palabras “te voy a matar” antes de propinarle varios golpes que le dejaron inconsciente. El suceso ocurrió en una vivienda de la calle San Celedonio, donde ambas partes consumían drogas.
Como consecuencia de la agresión, la víctima sufrió lesiones de extrema gravedad, estuvo ingresada cerca de 300 días —31 de ellos en la UCI— y aún sufre secuelas físicas y neurológicas que le impiden llevar una vida normal. “Me han arruinado la vida”, lamentó durante su comparecencia como testigo.
El Ministerio Fiscal acusa al procesado, actualmente en prisión, de homicidio en grado de tentativa y solicita para él nueve años de cárcel, además de una indemnización de 130.000 euros para la víctima.
El juicio, que se celebra en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria, ha comenzado con la declaración de peritos y testigos, y se reanudará el jueves 29 de mayo. Está prevista entonces la comparecencia de una testigo considerada clave: la entonces pareja de la víctima, cuya incomparecencia ha llevado al tribunal a dictar una orden de detención y personación.
Según las declaraciones recogidas, tanto la víctima como el acusado se conocían “de vista” y se encontraban bajo los efectos de drogas cuando se produjo la agresión. El propietario del piso, también testigo, ha asegurado que no presenció la pelea, pero reconoció haber oído ruidos y haber pedido a los implicados que “dejaran de hacer el idiota”.
Una testigo clave, que en fase de instrucción declaró que ambos se enfrentaron “por dinero y cocaína”, señaló que hubo un desafío mutuo y que la pelea fue pactada. Durante la agresión, según el relato del fiscal, el acusado golpeó a la víctima con una silla, una placa de mármol e incluso introdujo el mango de un cepillo por el ano, aunque no se halló ADN del procesado en los objetos analizados.
La discusión habría comenzado por la desaparición de 50 euros, que después aparecieron en el bolsillo del acusado. Según el testimonio del agredido, en aquel momento mantenía una relación con una mujer por la que el acusado “andaba como loco”.
Los agentes de la Policía Nacional que acudieron a la vivienda tras el aviso relataron que encontraron al herido en “estado lamentable”: desnudo, embadurnado de pintura, con una herida grave en la cabeza y un objeto introducido en el cuerpo. Uno de los presentes les alertó: “Haced algo, que lo van a matar”.
La forense que examinó al agredido cinco meses después de los hechos confirmó que su vida corrió un “riesgo vital evidente” y que la rápida intervención médica fue determinante para evitar su fallecimiento.
El juicio continuará la próxima semana con la declaración del acusado, que ha solicitado intervenir en último lugar.