Después de una compleja batalla interna por el liderazgo que ha fragmentado Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), el partido republicano abre un nuevo capítulo con la redacción de las ponencias políticas, estatutarias y una renovada hoja de ruta soberanista. Estas se someterán a votación entre el 15 y el 16 de marzo, en la segunda fase de su congreso interno. Durante el consejo nacional celebrado este sábado en Barcelona, se aprobó la formación de las comisiones encargadas de estas tareas, y se ratificó la postura de la nueva dirección de mantener una firme postura ante los socialistas, anunciando que ERC «no participará en la negociación de los Presupuestos» de 2025.
Esquerra, que hasta ahora había respaldado la investidura de Pedro Sánchez y Salvador Illa, busca distanciarse del PSC y del PSOE en un contexto de competencia con Junts por el espacio soberanista. Oriol Junqueras, presidente de ERC desde 2011 y renovado en su cargo por cuatro años más, adoptó una postura más desafiante con los socialistas. Durante su intervención, advirtió que no negociarán hasta que se cumplan los acuerdos previamente firmados, especialmente en lo relativo al traspaso de Cercanías y la financiación singular. «Sin soberanía fiscal, es imposible que haya una propuesta presupuestaria que sea la mejor», señaló Junqueras, añadiendo que «no tenemos la voluntad de llegar a nuevos acuerdos hasta que se cumplan los vigentes».
Una de las primeras consecuencias de esta nueva etapa para ERC es el distanciamiento de los socialistas, lo que ha llevado a los republicanos a aparcar su participación en el Gobierno municipal de Jaume Collboni, un pacto que ya estaba cerrado previamente por la actual secretaria general. Además, el consejo nacional aprobó la creación de una ‘comisión de la verdad’ con el fin de esclarecer los escándalos que han afectado al partido en los últimos meses, como las campañas contra figuras clave dentro de ERC, como los Maragall y Junqueras, y la posible existencia de una estructura paralela a la dirección.
El proceso de reestructuración interna no ha sido sencillo. Si bien Junqueras ha mostrado cautela, consciente de que tiene casi la mitad del partido en su contra, figuras cercanas como Joan Tardà están impulsando el debate sobre posibles cambios en los estatutos del partido. Tardà, del sector más izquierdista de ERC, ha propuesto una modificación del artículo 2, que actualmente establece como objetivo la independencia de los Països Catalans. La propuesta de Tardà es que ERC amplíe su objetivo y apueste por proclamar una «república catalana», que podría ser independiente o formar parte de una España federal, una idea inspirada en Francesc Macià. Esta propuesta ha generado una gran controversia dentro de la formación, con figuras destacadas como Carme Forcadell y Dolors Bassa mostrando su oposición.
En paralelo, ERC se enfrenta al reto de definir una nueva hoja de ruta soberanista. Después de los hechos de octubre de 2017 y la apuesta por la vía unilateral, Junqueras y su equipo están comprometidos con mantener el ‘procés’ vivo, sin que se les acuse de haberlo abandonado. La nueva dirección ha puesto sobre la mesa una agenda que busca, para 2031, el centenario del partido, lograr una mayoría social en Cataluña a favor de la independencia. De esta manera, ERC se compromete a definir una nueva estrategia que busque cerrar filas con los sectores más soberanistas de la formación.