El rey Felipe VI ha transmitido en su discurso de Navidad un mensaje de serenidad, consenso y responsabilidad en un momento marcado por la polarización política, la tragedia de la dana en Valencia y los retos sociales y globales. En un mensaje grabado desde el Salón de Columnas del Palacio Real, el monarca destacó la importancia de atender las necesidades de los ciudadanos y reforzar el bien común a través del diálogo, especialmente en el ámbito político, donde ha instado a no permitir que «la discordia se convierta en un ruido de fondo constante».
El rey comenzó su intervención expresando su apoyo a los afectados por la devastadora dana del 29 de octubre, que dejó más de 230 muertos y causó graves daños en la Comunidad Valenciana. Felipe VI elogió la solidaridad de vecinos, voluntarios, cuerpos de seguridad y Fuerzas Armadas, y llamó a las administraciones a garantizar que las ayudas lleguen a quienes las necesitan. En clara alusión a las tensiones vividas en su visita a Paiporta, destacó la importancia de la coordinación administrativa y la comprensión ante la frustración de los afectados.
El monarca utilizó esta tragedia como punto de partida para subrayar la relevancia del consenso en democracia, no solo como resultado, sino como práctica cotidiana. Afirmó que el «pacto de convivencia» que representa la Constitución de 1978 debe ser protegido y actualizado mediante el diálogo, y llamó a los líderes políticos a escuchar el «auténtico pulso de la ciudadanía».
En el ámbito social, Felipe VI abordó problemáticas clave como el acceso a la vivienda, el paro juvenil y la inmigración. Instó a buscar soluciones que permitan a los jóvenes acceder a una vivienda en condiciones asumibles y llamó a gestionar la inmigración con respeto, integración y firmeza contra las mafias. Asimismo, mostró preocupación por la creciente inestabilidad internacional, la crisis climática y los desafíos a la democracia liberal y al derecho internacional, resaltando la necesidad de defender los valores europeos y el multilateralismo.
El discurso también incluyó una breve mención al décimo aniversario de su reinado, destacando cómo la Corona ha enfrentado desafíos como el caso Nóos, la marcha del rey emérito Juan Carlos I y la inestabilidad política. A pesar de estos retos, Felipe VI afirmó que «España es un gran país» con un «potencial prometedor», destacando los avances en empleo, exportaciones y crecimiento económico, aunque señaló que aún quedan retos como la pobreza y la exclusión social.
El mensaje concluyó con la tradicional felicitación navideña en las lenguas cooficiales y una proyección del himno nacional acompañado por una imagen de la Familia Real. Este discurso, el undécimo de su reinado, refuerza la idea de que la monarquía busca ser un símbolo de unidad y estabilidad en tiempos de incertidumbre.