La Comisión Europea ha propuesto ayer la revisión de las actuales medidas de protección del lobo, en base al Convenio de Berna para la conservación de la fauna y los hábitats europeos. El objetivo es «flexibilizar» las normativas de gestión de esta especie, considerando el aumento de ataques al ganado y los conflictos con comunidades locales en distintas áreas de Europa.
Guillermo Blanco, diputado regionalista, anticipó recientemente en La Mesa Política de El Mirador en Cadena Mix, que Europa estaba considerando la posibilidad de flexibilizar las protecciones del lobo y del oso -a excepción del oso pardo-, especialmente debido a su impacto en las zonas rurales de Europa central.
En noviembre de 2022, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, anunció su intención de encargar un «análisis en profundidad» sobre el impacto de la recuperación del lobo en la UE. Esta decisión se tomó después de que, según informes de la prensa alemana, un lobo atacara a un poni de su propiedad. Ahora, Von der Leyen afirma estar convencida de que es posible encontrar «soluciones específicas para proteger la biodiversidad y los medios de vida rurales», atendiendo a las solicitudes de las comunidades locales que buscan «más flexibilidad» en la gestión del lobo. Von der Leyen argumenta que, si bien el regreso del lobo es positivo para la biodiversidad en Europa, la concentración de manadas en algunas regiones representa un riesgo real, especialmente para el ganado.