Durante buena parte del encuentro en El Sardinero, dio la impresión de que había dos Racing diferentes. Uno, el que dominó con autoridad y claridad de ideas antes del descanso, y otro, irreconocible tras el paso por vestuarios. El equipo de José Alberto pasó de encarrilar el choque con solvencia a diluirse después del intermedio, entre despistes, nervios y la lesión de Íñigo Sainz-Maza, cuya ausencia se notó demasiado. El técnico no logró recomponer la medular, y un Granada que parecía sentenciado aprovechó el bajón verdiblanco para devolver el golpe y llevarse un punto inesperado.
El Racing afrontó el choque condicionado por las bajas de varios internacionales, lo que abrió paso a un once con novedades relevantes. Íñigo Sainz-Maza formó de inicio en el doble pivote junto a Maguette Gueye, mientras Marco Sangalli ocupó el costado izquierdo y Villalibre repitió como referencia ofensiva. Además, José Alberto apostó por Javi Castro en el centro de la defensa en lugar de Facu González, decisión que inicialmente le salió perfecta.
El arranque local fue demoledor. La presión alta y el ritmo en campo contrario desbordaron a un Granada que apenas sabía cómo frenar las llegadas racinguistas. Villalibre, tras una inteligente asistencia de Sangalli, abrió el marcador con un zurdazo ajustado al poste. Apenas tres minutos más tarde, Javi Castro amplió la ventaja al rematar de cabeza un córner botado por Íñigo Vicente. En menos de media hora, El Sardinero era una fiesta y los 20.000 aficionados presentes soñaban con una goleada ante un rival que transmitía resignación.
El guion, sin embargo, cambió por completo tras el descanso. Íñigo Sainz-Maza, tocado, se quedó en el vestuario, y su sustituto, Sergio Martínez, no logró devolver el equilibrio al medio campo. Los nazaríes, sin hacer demasiado ruido, fueron ganando metros y confianza. Pascual recortó distancias al aprovechar un balón suelto en el área, en una jugada que fue validada por el VAR tras ser anulada inicialmente por fuera de juego.
El golpe descompuso al Racing. José Alberto intentó reaccionar con los cambios —Arana por Villalibre y posteriormente Suleiman por Sangalli—, pero el equipo no volvió a parecerse al de los primeros 45 minutos. El Granada, cada vez más suelto, empató con un libre directo de José Arnaiz que desvió la barrera. Desde ahí, el partido se convirtió en un intercambio de imprecisiones que pudo acabar de cualquier manera.
Los cántabros aún tuvieron dos ocasiones claras para sellar la victoria. Primero, un remate a bocajarro de Arana que Astralaga tapó con reflejos. Luego, otra opción del propio delantero canario tras pase de Íñigo Vicente, también frustrada por el guardameta visitante. En el otro área, Ezkieta evitó la remontada con una intervención salvadora a disparo de Arnaiz.
El choque se cerró con tensión en la grada y discusiones entre jugadores tras la celebración del segundo tanto granadino frente a La Gradona. El Racing, pese a conservar el liderato de LaLiga Hypermotion, se marcha con la sensación de haber desperdiciado una oportunidad inmejorable para estirar su ventaja. José Alberto reconoció después del encuentro su enfado: “En la primera parte hicimos todo bien; en la segunda, lo contrario. Nos relajamos y se nos escapó”.
El técnico lamentó además la lesión de Íñigo Sainz-Maza, pendiente de evolución, y no escondió su frustración por una acción sobre Mantilla que, en su opinión, mereció la expulsión de Faye. El empate deja a los cántabros empatados con la UD Las Palmas en cabeza, a las puertas de otro exigente compromiso en El Plantío ante el Burgos.













