El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha decidido replantear el estudio de viabilidad para la conexión ferroviaria entre Santander y Bilbao, dividiéndolo en tres bloques separados: Bilbao-Castro Urdiales, Castro-Laredo y Laredo-Santander. Además, se baraja modificar la ubicación de la futura estación en Castro para acercarla al núcleo urbano. Así lo ha confirmado este lunes el ministro del ramo, Óscar Puente, durante la inauguración de los nuevos ramales de la A-67 en Torrelavega, donde también ha avanzado que ya se trabaja en los pliegos para lanzar esta nueva fase del análisis técnico.
El nuevo planteamiento responde a la complejidad técnica que presenta esta línea, considerada una de las más exigentes por su trazado y condicionantes geográficos. Aunque el estudio de alternativas fue presentado en 2022, no se habían producido avances hasta ahora. Durante el acto, el ministro insistió en que mejorar las conexiones entre Cantabria y Euskadi es una “prioridad estratégica” para el Ejecutivo, aunque reconoció que se trata de una infraestructura “especialmente difícil”.
En presencia de la presidenta cántabra, María José Sáenz de Buruaga, el titular de Transportes también hizo balance de otros proyectos en marcha. Buruaga aprovechó su intervención para reclamar con contundencia el cumplimiento de todos los compromisos en materia de comunicaciones, señalando que “las infraestructuras siguen siendo el principal lastre de nuestra competitividad”. Entre las reclamaciones reiteró la llegada del AVE, que sigue sin alcanzar la comunidad autónoma, y pidió acelerar los tramos en obra entre Palencia y Reinosa. El calendario actual, ha lamentado, no prevé el inicio de las obras en suelo cántabro antes de 2029, algo que considera “inaceptable”.
Puente, por su parte, subrayó que los tramos en ejecución permitirán recortar significativamente los tiempos de viaje con el resto de España en un horizonte “razonable”. También destacó la inversión de cerca de 173 millones en la ampliación a tres carriles de la A-67 entre Barreda e Igollo, cuyo proyecto está pendiente de evaluación ambiental. Esta actuación incluye reformas en varios enlaces —Polanco, Oruña, Boo, Mompía e Igollo— y el uso por primera vez de la metodología BIM para optimizar los recursos.
Respecto a la A-8, el ministro avanzó que se priorizará el estudio del tramo entre Castro Urdiales y Vizcaya, con una intervención que requerirá soluciones especiales para la zona de Saltacaballo debido a su complejidad geológica y ambiental. En paralelo, se sigue redactando el estudio de impacto ambiental, paso previo para sacar a información pública el anteproyecto el próximo año.
Otras actuaciones destacadas incluyen los avances en la A-73 para mejorar la conexión con la Meseta, los trabajos en el Desfiladero de La Hermida —con más de 12 kilómetros ya acondicionados— y el futuro convenio para cofinanciar la estación intermodal del Llano de La Pasiega. Sobre este último, Buruaga mostró su confianza en poder firmarlo pronto y subrayó que “los cántabros merecen que se cumpla con lo prometido”. La presidenta cerró su intervención reclamando “igualdad de trato” para Cantabria y una ejecución real de todos los proyectos pendientes.
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