La Audiencia Nacional ha desestimado la solicitud de ejecución provisional presentada por Ecologistas en Acción para paralizar las obras del AVE en la capital de Palencia, pese a que una sentencia judicial anterior reconoció que los trabajos no se ajustan al proyecto informativo aprobado. La decisión permite a Adif continuar con la construcción del tramo Palencia–Palencia Norte, clave para llevar la alta velocidad hasta Cantabria.
El tribunal ha considerado que los perjuicios derivados de la paralización serían mayores que los ocasionados por permitir que las obras sigan adelante, tal como alegó la Abogacía del Estado. En concreto, advierten de posibles daños irreversibles, deterioro de infraestructuras inacabadas, suspensión de contratos y problemas con los fondos europeos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.
Ecologistas en Acción había logrado el pasado 8 de mayo una sentencia favorable, que declaraba que Adif actuó “en vía de hecho contraria a derecho” al seguir las obras sin responder al requerimiento previo del colectivo. La resolución también ordenaba cesar las obras y devolver los terrenos a su estado original, aunque aún no es firme y ha sido recurrida.
Desde el colectivo ecologista insisten en que continuar con los trabajos agravará los daños y hará más difícil cumplir la sentencia definitiva. Sin embargo, su abogado, Joaquín Reyes, admite que el recurso contra esta última decisión judicial probablemente no tendrá efectos prácticos. “Sabemos que lo más probable es que se resuelva cuando la obra ya esté finalizada”, ha reconocido.
La alcaldesa de Palencia, Miriam Andrés, ha lamentado la decisión judicial, calificándola como “una mala noticia para la ciudad” por permitir que se perpetúe “una barrera arquitectónica” que divide los barrios de San Antonio y Camino Viejo de Husillos.
El viaducto que se construye en esa zona ha generado fuerte oposición social, especialmente por incumplir los estudios informativos aprobados en 2010 y 2018 que contemplaban el soterramiento del trazado. Según los críticos, la infraestructura rompe la unidad territorial de la ciudad y consolida la fractura urbana.