Representantes de las Mesas de Movilidad de la Bahía de Santander y Torrelavega se han reunido esta semana con el gerente de ALSA en Cantabria, Daniel Álvarez, para analizar la situación actual del transporte por carretera en la comunidad y reclamar medidas que permitan una transformación profunda del sistema.
El encuentro, celebrado en las instalaciones de ALSA en el Polígono de Candina, sirvió para constatar una sintonía total entre ambas partes sobre la necesidad de impulsar un consorcio autonómico de transportes, que permita superar las carencias estructurales que arrastra el servicio en la región: escasez de frecuencias, falta de modernización, señalización deficiente y una clara descoordinación entre operadores.
Desde las Mesas, sus portavoces Manuel Núñez y Javier Polanco defendieron que el modelo actual está “anclado en los años 70” y necesita, en sus palabras, un auténtico “electroshock”. Recordaron que otras comunidades como Euskadi o Asturias cuentan con consorcios desde hace décadas (Bilbao en 1975, Asturias en 2002, Gipuzkoa en 2011), lo que les ha permitido acceder a subvenciones estatales y ofrecer redes más eficaces, modernas y adaptadas a las necesidades del usuario.
Durante la reunión, también se abordaron quejas frecuentes de los viajeros, como los retrasos habituales en rutas como la Reinosa-Santander en horas punta, la escasa conexión con el aeropuerto, la reducción de frecuencias entre Torrelavega y ciudades como Oviedo o Bilbao, y el mal estado de algunos vehículos.
Por su parte, desde ALSA se comprometieron a analizar y tratar de corregir los retrasos detectados, y anunciaron su intención de solicitar al Ayuntamiento de Santander una mejor coordinación entre la línea circular 24 y las líneas 1 y 13 del TUS, con el objetivo de mejorar las conexiones dentro de la ciudad.
Además, la operadora facilitó información técnica sobre la gestión del servicio Torrebus, que funciona bajo demanda, y explicó los planes para seguir ampliando su flota de autobuses eléctricos, cuyo rendimiento calificaron de “muy satisfactorio” tanto a nivel operativo como medioambiental.
Tanto las entidades ciudadanas como ALSA coincidieron en que avanzar hacia un modelo de transporte público más eficiente, sostenible y accesible es clave para ofrecer una alternativa real al uso del coche privado, mejorar la conexión entre zonas rurales y urbanas, y garantizar la inclusión de quienes no disponen de carnet de conducir.