En esta Navidad, la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, escoge el pincel de Santiago Arrarte para su felicitación oficial, un lienzo que captura el pulso cultural de la comunidad con los hitos que verán la luz en 2026. Sobre la bahía santanderina, la obra reúne el centro asociado al Museo Reina Sofía con la colección del Archivo Lafuente, el ambicioso Faro Santander que acogerá la pinacoteca privada del Banco Santander, y el futuro Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria. A su lado, como faros eternos, el Centro Botín y el Palacio de Festivales de Cantabria, recordatorios de que la cultura aquí no es promesa, sino raíz profunda.
Buruaga reivindica con esta imagen una transformación que va más allá de lo visible: edificios imponentes que redibujarán el horizonte de la capital y detonarían un «estallido cultural» para posicionar a Cantabria como referente europeo. Es una jugada maestra por el turismo ligado al patrimonio, al arte vivo y a la creación, que blindará la marca de la autonomía y la convertirá en pilar de una economía renovada.
El broche lo pone Álvaro Pombo, premio Cervantes y Medalla de Oro de Cantabria, con unas palabras a medida que invitan a soñar en grande: «Se nos pide creer que en un momento de la historia lo imposible fue posible ¡Hagámoslo de nuevo!». Un grito de fe que Buruaga envía como antorcha de esperanza, celebrando el talento local y proyectando un mañana ilusionante.
La felicitación llega a las autonomías del país, ayuntamientos cántabros, agentes sociales y económicos, instituciones de la comunidad, la Zarzuela, Moncloa y, sobre todo, a la sociedad cántabra. Arte y verbo unidos para desear fiestas en paz y avivar el orgullo de ser de aquí.














