La plantilla de Global Special Steel Products (TYCSA), la acería de Nueva Montaña integrada en el grupo GSW, ha arrancado este viernes a las 6.00 horas una nueva jornada de huelga que se prolongará hasta la misma hora del sábado, en protesta por el repunte de accidentes laborales y las condiciones precarias que sufren en la fábrica. Son unos 150 trabajadores los convocados por los sindicatos, que denuncian una siniestralidad inaceptable y una empresa que no negocia pese a las reuniones mantenidas. Esta es ya la tercera paralización en los últimos dos meses, tras los paros del 22 y 27 de octubre, que movilizaron al 100% de la plantilla y pusieron el foco en la seguridad.
Los representantes sindicales insisten en que la situación ha ido a peor desde aquellas primeras movilizaciones. No solo persiste la falta de voluntad negociadora por parte de la dirección, con la que se han visto en varias ocasiones sin lograr avances concretos, sino que ahora se suman represalias directas contra los trabajadores que secundan la protesta. «Amenazas, sanciones y presiones a algunos compañeros por atreverse a parar», han denunciado, recordando que la fábrica acumula incidentes que ponen en riesgo vidas a diario. El próximo jueves 18 de diciembre, desde las 14.00 horas hasta las 6.00 del viernes 19, está prevista una cuarta jornada de huelga, lo que evidencia la determinación del colectivo ante la parálisis en la mesa de diálogo.
Desde los sindicatos se habla de un ambiente cada vez más tenso en las instalaciones de Nueva Montaña, donde la producción de aceros especiales no puede seguir por encima de la seguridad básica. Los trabajadores reclaman medidas urgentes para frenar los accidentes —que han marcado la rutina fabril en meses recientes— y garantías contra cualquier tipo de represalia por ejercer su derecho a la huelga. La empresa, por su parte, no ha emitido comunicado oficial sobre las demandas, aunque las fuentes sindicales aseguran que las reuniones han sido estériles, con la compañía atrincherada en su postura.
Esta nueva paralización llega en un momento delicado para el sector industrial de la comunidad autónoma, donde TYCSA juega un papel clave en la cadena de valor del acero. Los paros anteriores ya afectaron la operativa, obligando a reajustes en pedidos y envíos, y esta jornada de 24 horas podría agravar el impacto si no hay avances antes del fin de semana. Los sindicatos han avisado de que la cuarta huelga del 18-19 será inevitable si persiste el bloqueo, y llaman a la plantilla a mantener la unidad que ha caracterizado las movilizaciones hasta ahora.
La preocupación por la seguridad en TYCSA no es nueva, pero el goteo de incidentes ha pasado de ser alarma a motivo de conflicto abierto. Delegados sindicales han detallado casos concretos de siniestros que podrían haberse evitado con mejores protocolos, formación adecuada y mantenimiento preventivo de maquinaria. A eso se une la sensación de que la empresa prioriza ritmos de producción intensos sobre el bienestar de sus 150 empleados, muchos con años de experiencia en un entorno de alto riesgo. Las sanciones a huelguistas, según denuncian, solo han avivado la indignación colectiva.
El conflicto pone de manifiesto tensiones recurrentes en la industria pesada local, donde la transición hacia modelos más seguros choca con presiones económicas. Los trabajadores esperan que esta huelga marque un punto de inflexión, forzando a la dirección del grupo GSW a sentarse de verdad a negociar. Si no, la cuarta jornada podría ser solo el principio de una escalada que afecte producción y empleo en Nueva Montaña.












