El próximo Pleno del Ayuntamiento de Santander traerá un debate intenso sobre la remodelación integral de los Campos de Sport tras una batería de preguntas registradas por el Grupo Regionalista. La principal incógnita que se plantea es conocer cuál es la posición oficial del Consistorio ante el proyecto presentado hace un año por el Real Racing Club SAD y entregado en mano a la alcaldesa Gema Igual por su máximo accionista, Sebastián Ceria. A día de hoy, el contenido de esta ambiciosa propuesta no ha trascendido ni ha sido formalmente registrado, y no se ha recibido respuesta oficial alguna.
Vicente Nieto, portavoz regionalista, ha advertido de un retraso considerable en las actuaciones comprometidas en el convenio firmado en 2022, que aún tienen tareas pendientes como la impermeabilización de la cubierta, iniciada en trámite de licitación desde enero sin avances visibles. Con escaso margen para la ejecución del convenio, que vence pronto, reclaman una hoja de ruta clara y un calendario concreto que garantice la modernización del emblemático estadio.
El convenio de 2022 incluye también obras de reacondicionamiento cuyo cumplimiento será otra de las cuestiones a discutir, especialmente tras las intervenciones ya realizadas tanto por el Ayuntamiento como por el Racing. Entre estas figuran reformas en los vestuarios, la sustitución de bombas de servicios y la mejora del graderío, que el club asumió inicialmente y que fueron reconocidas como responsabilidad municipal. La agenda incluye también la licitación pendiente para la cubierta y proyectos para mejorar la accesibilidad.
Fuera del estadio, otro tema candente es la posible ampliación de las instalaciones de entrenamiento Nando Yosu, que el Racing quiere aumentar de cuatro a seis campos para ampliar su capacidad y mejorar la cantera. Sin embargo, el crecimiento depende de la adquisición de terrenos colindantes, mayormente en manos privadas, que el Ayuntamiento debería gestionar por compra, expropiación o permuta, asunto por ahora sin avances evidentes.
Lo cierto,es que cabe recordar que la cesión en precario del estadio, según varios informes municipales, expiró en marzo de 2025. Aunque en 2022 se firmó un convenio por cuatro años con una inversión comprometida de 4,5 millones para mejoras, la falta de claridad sobre la renovación del convenio original, que data de 1983, mantiene abierto el debate sobre la legalidad y duración de la cesión. Mientras tanto, el estadio ha recibido intervenciones parciales, como la rehabilitación de baños y la mejora de iluminación, pero otras obras esenciales, como la impermeabilización de la cubierta y la accesibilidad, todavía no tienen fecha de inicio concreta.