El Racing de Santander amaneció con la sonrisa aún fresca de su triunfo en el Carlos Belmonte, una victoria que no solo engorda la clasificación, sino que alimenta esa energía invisible que sostiene a los equipos en los primeros compases de la temporada. Apenas unas horas después de regresar de tierras manchegas, donde se impusieron por 2-3 en un duelo vibrante frente al Albacete, los jugadores verdiblancos se calzaron de nuevo las botas para comenzar a preparar la tercera jornada de LaLiga Hypermotion. En el horizonte inmediato, la Agrupación Deportiva Ceuta, que visitará El Sardinero el próximo sábado (30 de agosto, 17:00 horas).
En las Instalaciones Nando Yosu, la mañana transcurrió entre rutinas suaves y ejercicios controlados. Fue una sesión de readaptación más que de exigencia, con el cuerpo todavía recuperándose del esfuerzo de la batalla en el Belmonte. Maguette y Michelin, nombres propios de la enfermería, volvieron a pisar césped: el primero con movimientos prudentes, tanteando sensaciones, y el segundo alternando balón y carrera, siempre al margen del grupo pero con la satisfacción íntima de sentir que cada paso es un regreso.
En la sala de prensa, el protagonismo se lo llevó Javi Castro, uno de esos jugadores que contagian calma en sus palabras. Sonrió al hablar del equipo y transmitió, sin artificios, la ilusión que se respira en el vestuario: “Estos puntos cuentan lo mismo que los del final y queremos seguir con esta dinámica”. No fue una declaración vacía: Castro subrayó que lo que más ilusiona no es la tabla clasificatoria, aún inmadura en estas fechas, sino la sensación de grupo, la manera en la que el Racing compite y sufre unido, como un bloque.
Del encuentro en Albacete destacó lo que los técnicos llaman “oficio” y que los aficionados perciben como madurez: “Fuimos muy maduros, estuvimos atrevidos no metiéndonos atrás y eso, junto al trabajo de arriba, fue clave”. Palabras que reflejan una evolución personal también reconocida por él mismo: “El cuerpo técnico y mis compañeros me han ayudado mucho a desarrollarme. En muchos aspectos tengo más confianza, y defensivamente también he aprendido mucho”.
El central no quiso mirar más allá del próximo sábado, pero sí dejó claro que el grupo trabaja desde la tranquilidad y la confianza: “Estamos respondiendo muy bien”. La sesión de ayer, explicó, fue más de descanso activo, un respiro después del viaje y del esfuerzo acumulado; será en los próximos entrenamientos cuando el cuerpo técnico apriete de nuevo las tuercas con la vista puesta en Ceuta.
Sobre el rival, Castro no se dejó engañar por la bisoñez de la tabla: “La clasificación en este momento no sirve de mucho. Nos vamos a enfrentar a un buen equipo, se han reforzado bastante bien y son un conjunto bastante peleón”. Palabras que suenan a respeto y a advertencia: el Racing sabe que cada partido en esta categoría es un campo minado y que la ilusión se consolida paso a paso, victoria a victoria.
El Sardinero espera ya el regreso de los suyos, con la marea verde preparada para empujar. El Racing llega a casa con el viento a favor, consciente de que no hay mejor alimento para un equipo que la ilusión compartida con su afición.












