El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Luis Martínez Abad, ha acudido este jueves a la XX Feria ‘Cantabria de Vinos’, una cita ya consolidada en el calendario profesional del sector en la región y que este año reúne a más de setenta bodegas procedentes de distintos puntos del país.
Organizada con la colaboración de la Oficina de Calidad Alimentaria (ODECA), esta edición vuelve a servir de punto de encuentro para viticultores, distribuidores y profesionales del vino, en una jornada orientada a mostrar novedades, intercambiar impresiones y visibilizar el potencial del producto cántabro.
Durante su recorrido por los expositores, acompañado por los promotores de la feria, Javier Hernández de Sande y Cristina Solar, el consejero ha tenido ocasión de conocer de primera mano los vinos presentados por bodegas de múltiples Denominaciones de Origen nacionales, además de descubrir algunas de las referencias más destacadas elaboradas en Cantabria.
Martínez Abad ha expresado su respaldo “sin fisuras” al sector vitivinícola, al que ha definido como “estratégico para el desarrollo del medio rural y la dinamización del turismo fuera de temporada”. También ha puesto en valor la “gran calidad y diversidad” de los vinos cántabros, que, en su opinión, “van ganando reconocimiento dentro y fuera de la región gracias a eventos como este”.
Además, la Consejería de Turismo ha instalado un punto informativo en la feria para dar a conocer a bodegueros de otras comunidades autónomas los recursos patrimoniales y turísticos que ofrece Cantabria, una acción que busca estrechar lazos y fomentar el enoturismo como vía de promoción territorial.
Impulso al vino cántabro
El vino de Cantabria continúa ganando terreno en el panorama nacional, con dos Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) que amparan su producción: la IGP Vino de la Tierra Costa de Cantabria, que agrupa actualmente a 23 bodegas, y la IGP Vino de la Tierra de Liébana, con otras 30 inscritas.
Ambas zonas producen tanto blancos como tintos y espumosos, y su crecimiento está generando un impacto positivo en la economía local, al diversificar el tejido productivo rural y contribuir al asentamiento de población en el territorio.
Desde el Gobierno regional, se mantiene el compromiso de seguir apoyando esta actividad a través de la ODECA, con el objetivo de consolidar el vino cántabro como un referente de calidad y sostenibilidad.