El juicio por una presunta agresión sexual ocurrida en diciembre de 2021 en una localidad de Cantabria arrancó este martes con declaraciones contrapuestas. El acusado, un cubano sin antecedentes, admitió haber mantenido relaciones con la denunciante, pero aseguró que fueron «consentidas» y «sin obligación alguna». Sin embargo, la víctima relató ante el tribunal cómo fue arrastrada a una habitación, desvestida y violada mientras suplicaba que parara.
Los hechos se remontan a una noche de fiesta en la que ambos, junto a una amiga en común, habían estado en varios pubs. Según el procesado, hubo «besos mutuos» y, tras acompañarla al baño en casa de su abuela, la relación sexual se produjo «por acuerdo». «No pregunté, pero todo fue consensuado», insistió.
La víctima, en cambio, describió una escena de terror: al salir del baño, él la agarró del brazo, la tumbó en la cama y la penetró a pesar de sus súplicas. «Le pedí que parara, pero me quitó el móvil para que no atendiera las llamadas de mi amiga», declaró por videoconferencia. Esa misma amiga, testigo clave, narró cómo al subir a la vivienda lo encontró «semidesnudo» y, tras forcejear, vio a su amiga «en shock, mirando a la pared». Fuera de la casa, la denunciante le confesó entre lágrimas: «Me ha violado».
El acusado atribuyó la reacción de la testigo a «celos», ya que había tenido encuentros esporádicos con ella. Sin embargo, la víctima detalló las secuelas del suceso: vendió su casa, dejó su trabajo y sigue en tratamiento psicológico. «Tomo pastillas para dormir cuando tengo pesadillas», admitió.
El fiscal reclama seis años de prisión; la acusación particular, ocho. La defensa pide la absolución. El juicio continúa este miércoles en la Audiencia Provincial.