En un duelo cargado de tensión y carga emocional, Racing y Oviedo sellaron un 1-1 que, más allá del resultado, dejó numerosas lecturas sobre el presente y el futuro de ambos proyectos. El Racing, que rompió su racha de imbatibilidad local, vio cómo Dani Calvo adelantaba al Oviedo al filo del descanso y cómo Mario García igualaba la contienda pasada la hora de juego .El ambiente en El Sardinero rozó la euforia en los prolegómenos y se tornó vehemente a medida que avanzaba el choque, en un estadio lleno que supo responder al pulso deportivo .Con este punto, los verdiblancos mantienen la cuarta plaza con 66 puntos, a uno del Mirandés y con margen sobre el Oviedo, quinto con 65, dejando la pelea por el ascenso más abierta que nunca.
Control y transición: el guion táctico
La primera mitad estuvo marcada por la batalla en el centro del campo, donde Racing dispuso mayor posesión (56,3 %) pero sin capacidad para traducirla en ocasiones claras.El Oviedo, replegado en su 4-2-3-1, dejó espacios que el Racing buscó explotar a través de las bandas, aunque le faltó profundidad en los últimos metros.Tras el descanso, José Alberto optó por refrescar el equipo con tres cambios, ganando en energía y verticalidad, lo que derivó en el gol de Mario García en el 71, un zurdazo imparable tras recorte dentro del área.
Momentos decisivos
- Gol oviedista (m. 37): Dani Calvo remató de cabeza un saque de esquina, sorprendiendo a la defensa racinguista con su contundencia en el segundo palo .
- Empate verdiblanco (m. 71): Mario García recogió un balón suelto, perfiló el cuerpo y fusiló a Escandell con la zurda, desatando la locura local.
- Parada decisiva: En los últimos minutos, Escandell evitó la remontada con una estirada a Mantilla, frenando un remate claro dentro del área pequeña.
Figuras y reacciones
Mario García emergió como el hombre del partido al convertirse en verdugo y salvador a partes iguales . En el bando visitante, Paulino de la Fuente insistió en la necesidad de dar “un paso importante hacia el ascenso directo” en cada duelo clave, aún vistiendo de azul . Por su parte, Veljko Paunovic subrayó la responsabilidad de mantener a la afición “ilusionada” y el mérito de extraer energía en “tierra hostil” como Santander.
La grada como protagonista
El Sardinero, colmado con más de 22.000 espectadores, vivió un preludio de partido inolvidable con la afición racinguista recibiendo al equipo en la rotonda de la S-20, banderas y bengalas al viento. Los seguidores oviedistas, por su parte, cambiaron de emplazamiento para no perderse la previa pese al horario de mediodía
El empate mantiene vivo el pulso por el ascenso y deja en evidencia la fortaleza emocional de ambos equipos en momentos cruciales. Racing apuntó a corregir la falta de efectividad inicial y Oviedo refrendó su solidez defensiva fuera de casa. Ahora toca recuperar fuerzas y encarar la recta final con la misma ambición: el que sepa readaptarse mejor, dará un golpe definitivo en la tabla.














