La Audiencia Provincial de Cantabria ha dictado hoy una sentencia condenatoria contra un hombre por abusar sexualmente y maltratar de forma reiterada a la hija de su expareja, quien sufrió los abusos desde los 10 hasta los 13 años. El acusado ha aceptado los hechos y ha sido condenado a un año y diez meses de prisión, evitando así la celebración del juicio previsto para esta mañana en la Sección Primera del tribunal.
En virtud del acuerdo alcanzado entre las partes, el condenado ha ingresado los 20.000 euros que reclamaba la Fiscalía como indemnización a la víctima. La sentencia lo declara autor de un delito de abuso sexual continuado a menores y otro de maltrato habitual, con la atenuante de haber reparado el daño causado.
Además de la pena de prisión, el tribunal ha impuesto al acusado cinco años de libertad vigilada, una inhabilitación de doce años para trabajar con menores y una orden de alejamiento de la víctima durante ocho años. Asimismo, se le prohíbe portar armas durante un período de tres años.
Según el relato de los hechos recogido en el escrito fiscal, el hombre convivió con la menor y aprovechó su posición de autoridad para someterla a tocamientos con fines sexuales. Los abusos, que incluían obligarla a desnudarse y tocarla en zonas íntimas, se produjeron en repetidas ocasiones mientras estaban solos en el domicilio.
La Fiscalía destacó que la niña, debido a su corta edad y al miedo, no se oponía abiertamente a los actos del acusado. Además, durante el tiempo que vivieron juntos, el hombre la insultaba, la humillaba y la agredía físicamente con golpes, bofetadas e incluso patadas.
La situación terminó cuando la menor se fue a vivir con su abuela, quien posteriormente interpuso la denuncia que ha dado lugar a esta condena. La sentencia pone fin a un caso que ha permanecido en los juzgados cántabros durante meses, tras la investigación de los hechos y la aceptación de responsabilidad por parte del acusado.