Alejandro Mayorga y su esposa Astrid, una familia hispanobelga con tres hijos pequeños, enfrentan una difícil situación tras perder su hogar en un incendio ocurrido la mañana de Navidad. Llegados a Cabezón de la Sal este verano desde Bélgica, habían alquilado un piso para comenzar una nueva etapa, pero todo cambió inesperadamente el pasado 25 de diciembre.
El incidente ocurrió mientras la familia disfrutaba de un paseo por la playa. «Era una mañana espectacular», relata Alejandro. Al regresar a casa, alrededor de las 13:30h, Astrid se encontró con «una gran explosión de humo negro» al abrir la puerta. Afortunadamente, no hubo víctimas graves gracias a la rápida intervención de los servicios de emergencia, que también evacuaron a los vecinos del edificio.
La solidaridad de los habitantes de Cabezón y Udías, donde los hijos de la pareja asisten al colegio, ha sido clave en estos momentos. «Hemos encontrado alojamiento temporal y ropa, pero lo que realmente necesitamos ahora es un lugar donde vivir mientras nos recuperamos», explica Alejandro. La familia busca con urgencia un alquiler en la zona, aunque sea solo por unos meses, hasta el verano.
Desde el Ayuntamiento de Cabezón de la Sal han ofrecido apoyo con ropa y alimentos, pero, según Alejandro, «no hay o no conocen viviendas disponibles en alquiler, que es nuestro problema principal».
A pesar de la adversidad, Alejandro agradece la ayuda recibida. «Agradecemos inmensamente a nuestros vecinos y a los padres y madres del colegio de Udías. No queremos ser una carga para nadie», concluye con esperanza.














