La Asociación de Comerciantes del Casco Viejo y Ensanche de Santander ha presentado una alternativa al borrador del Ayuntamiento sobre la futura Zona de Bajas Emisiones (ZBE), con el objetivo de proteger la actividad económica de la ciudad sin renunciar al cumplimiento de la normativa estatal. La propuesta, calificada por sus impulsores como “pionera y sostenible”, busca compatibilizar la mejora medioambiental con la realidad del comercio, la hostelería y los servicios que dependen del acceso ágil al centro urbano.
El plan contempla que las limitaciones solo se apliquen a los vehículos sin etiqueta ambiental (A) y que las restricciones se introduzcan de forma escalonada y por franjas horarias. En una primera fase, las sanciones se limitarían a los días laborables de lunes a jueves entre las 10:00 y las 13:00 horas, quedando exentos los viernes, fines de semana y festivos. Esta medida pretende preservar una jornada completa —el viernes— para las compras, visitas familiares o gestiones personales.
Posteriormente, y solo tras una revisión técnica anual, se valoraría ampliar el horario de restricción a las tardes, entre las 16:00 y las 19:00 horas, aunque manteniendo la exclusión de viernes y fines de semana. Además, se solicitan exenciones temporales para periodos clave como verano (del 1 de junio al 15 de septiembre), Navidad (del 1 de diciembre al 15 de enero) y Semana Santa, adaptándose al calendario vacacional de Cantabria.
Agustín Ordejón, gerente de la asociación y también secretario de la Confederación Española de Cascos Históricos (Cocahi), defiende que el planteamiento presentado “cumple la ley, protege la calidad del aire y garantiza la viabilidad del centro de la ciudad como espacio de convivencia y actividad económica”. La asociación representa actualmente a 115 negocios del casco antiguo y ensanche santanderino.
Entre las propuestas incluidas destaca la posibilidad de que cada negocio pueda gestionar hasta 40 exenciones mensuales por trabajador, con opción de ampliación previa solicitud. También se plantea permitir registrar estas exenciones hasta cinco días después de haberse producido el servicio o la compra.
Asimismo, se solicita que los vehículos que utilicen aparcamientos públicos queden automáticamente exentos de sanción, siempre que su estancia supere los 15 minutos, y que los vehículos sin etiqueta puedan acceder a la ZBE hasta 24 días completos al año sin penalización. También se plantea establecer un periodo de cortesía de 20 minutos tras el acceso a la zona, válido para tareas de carga y descarga, recogida de personas o rectificación de entrada.
En cuanto a residentes y actividades económicas con sede en la zona ZBE, la asociación propone que queden exentos de sanción sin importar el distintivo de sus vehículos. Cada empadronado mayor de 16 años podría contar con 20 autorizaciones mensuales para permitir el acceso a familiares o allegados, registrables hasta cinco días después de la visita.
Óscar Boo Domingo, presidente de la asociación, señala que el propósito es aplicar la ZBE de forma gradual y razonable, “evitando un impacto negativo sobre la vida diaria de la ciudad y garantizando el acceso de los cántabros al centro sin generar un éxodo hacia centros comerciales fuera de Santander”.
También ha insistido en que la ZBE no debe convertirse en una traba para los miles de turistas que cada año visitan la capital cántabra, sobre todo en fechas señaladas.
Finalmente, la asociación recuerda que los datos medioambientales de Santander están muy por debajo de los límites legales. En 2021, el nivel de dióxido de nitrógeno (NO₂) se situó en 12,2 µg/m³, lejos de los máximos permitidos, debido a la ubicación costera de la ciudad y la escasa presencia de industria en su casco urbano, siendo el tráfico portuario y la calefacción residencial sus principales fuentes de emisiones.