El consejero de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria, Luis Martínez Abad, ha defendido este martes el turismo rural como una “estrategia transformadora” capaz de revertir el despoblamiento que afecta a buena parte de la Cantabria interior, donde 41 municipios se encuentran en riesgo demográfico. Sin embargo, sus declaraciones durante la inauguración del 5º Foro Nacional de Turismo y Despoblamiento Rural han sido recibidas con escepticismo por parte de agentes del sector y expertos, que echan en falta medidas concretas, inversión estructural y políticas que frenen el éxodo de jóvenes más allá de una actividad económica estacional.
Martínez Abad ha centrado su intervención en destacar los beneficios del turismo rural en términos de generación de empleo, dinamización económica y mejora de infraestructuras. Según el consejero, el impulso al turismo puede mejorar la calidad de vida en los pueblos si se acompaña de un enfoque sostenible que respete los valores locales. Sin embargo, no se han detallado planes específicos ni presupuestos orientados a convertir esas declaraciones en una política efectiva.
“Se necesita más que discursos y foros para revertir décadas de abandono institucional en el medio rural”, han apuntado fuentes del ámbito académico presentes en el evento, que se celebra hasta el jueves en localidades como Treceño, San Vicente de la Barquera, Santoña y Castanedo. El propio foro, impulsado por el Observatorio de Políticas Turísticas y Rurales, plantea como objetivo “buscar en los productos de la tierra y en las herramientas digitales la fortaleza para los destinos rurales”, una fórmula que algunos participantes consideran “insuficiente si no se acompaña de vivienda asequible, servicios básicos y conectividad real”.
Durante su intervención, Martínez Abad señaló que la demanda turística incentiva indirectamente la inversión en infraestructuras, lo que a su juicio “contribuye a fijar población”. También insistió en que el éxito del turismo rural como motor de cambio “depende del apoyo público, la implicación privada y la participación activa de los vecinos”. No obstante, el Ejecutivo cántabro sigue sin detallar qué mecanismos piensa aplicar para evitar la gentrificación de estos entornos ni cómo protegerá los derechos laborales en un sector fuertemente precarizado.
El foro incluye talleres, ponencias y debates en torno a patrimonio, Camino Lebaniego, digitalización, sostenibilidad o inteligencia artificial. Entre los participantes figuran empresarios, expertos universitarios, representantes institucionales y divulgadores del sector turístico. Aunque el evento pone sobre la mesa temas de actualidad, voces del medio rural presentes en el mismo han recordado que “sin políticas de vivienda, transporte, sanidad o educación, el turismo por sí solo no puede frenar el abandono de los pueblos”.
También ha intervenido Jesús Blanco, presidente del Observatorio organizador y de la Asociación de Turismo Rural de Cantabria, quien ha reivindicado el papel del turismo como opción segura y saludable, especialmente tras la pandemia, pero ha instado a “revalorizar el territorio más allá de su explotación turística”.
Las actividades del foro, que concluirá el jueves, incluyen talleres de comunicación, charlas sobre marketing rural y gastronomía local, así como encuentros con cofradías gastronómicas y espectáculos folclóricos. A pesar de su ambicioso programa, varios asistentes han coincidido en que, si bien el evento es positivo para visibilizar el problema, “el tiempo de las palabras debería dar paso al de las políticas reales”, con inversión directa y una visión que no reduzca el medio rural a un producto de consumo estacional.