Jums, el elefante africano que mandaba en la manada del Parque de la Naturaleza de Cabárceno, palmó ayer tarde por las lesiones de una bronca tremenda con su propio hijo Jumar, en una de esas riñas típicas de machos que pelean por ser el jefe. Los veterinarios, los cuidadores y todo el personal se volcaron en salvarlo durante seis horas seguidas, pero las heridas eran demasiado bestias y no hubo manera. Después de cuatro horas de maniobras complicadas para acercase a la pradera donde yacía tirado, lograron moverlo a un patio seguro de la cuadra, con un despliegue de medios impresionantes, pero ni por esas.
Con casi 50 tacos a sus espaldas, Jums era de los elefantes más grandullones de Europa y uno de los veteranos del parque. Llegó en septiembre de 2015 desde el zoológico Howletts Park en Bekesbourne, Inglaterra, en el primer trueque de machos elefantes que se hacía en Europa para evitar líos de cruces entre parientes en las dos manadas. Además, era un semental de primera: dejó cuatro crías en Cabárceno y otras 17 en el zoo inglés, un currículum que lo ponía en lo más alto de los zoos europeos como reproductor top.
Estas broncas entre machos son pan de cada día en la naturaleza, y en Cabárceno pasa lo mismo porque la manada vive en 25 hectáreas de terreno libre, uno de los recintos más amplios del mundo para elefantes en cautividad, donde se portan como si estuvieran en África: pastando, revolcándose en barro y reproduciéndose sin interferencias. La dirección y los trabajadores están hechos polvo con la pérdida de Jums, un referente del parque que deja un enorme vacío y un ambiente de pena hoy en la instalación.
Cabárceno es un peso pesado mundial en la conservación y cría de elefantes africanos, con 19 ejemplares hasta ayer –la colonia más grande fuera de África–, que gracias al espacio y al número se mueven igual que en libertad. Han parido 24 elefantes aquí en cautividad, más que nadie: antes de que abrió el parque en 1990, Europa sumaba solo 12 nacimientos desde el primer zoo en Viena en 1752; Desde entonces, Cabárceno ha sumado 24, el último en abril de 2023, que los corona como líderes absolutos en el programa global de reproducción.
La muerte de Jums duele porque era el pilar de esa manada icónica, pero el parque sigue siendo un faro en la comunidad autónoma para la biodiversidad y el cuidado animal, atrayendo millas de visitantes que flipan con estos gigantes en su salsa. Los elefantes de Cabárceno no son de zoo clásico: con ese terreno brutal, forman jerarquías, crían y conviven como en la sabana, algo que pocos sitios en el planeta igualan. La riña con Jumar, su retoño, entra en lo normal de la especie cuando los machos jóvenes desafían al viejo león, pero nadie esperaba que acabara así pese al esfuerzo titánico del equipo.
Hoy, el parque llora a Jums mientras la manada se reorganiza, y su legado como padre prolífico y macho alfa queda grabado en los 21 hijos que deja repartidos. Cabárceno no para: con 24 nacimientos en la mochila, mantiene el liderazgo mundial y demuestra que en esta esquina de Cantabria se hace conservación de verdad, con espacio, ciencia y respeto a lo salvaje. La tristeza reina, pero el compromiso por estos paquidermos sigue intacto, asegurando que la manada siga fuerte y creciendo.













