El Gobierno de Cantabria ha puesto en marcha la elaboración de un nuevo Plan Estratégico Industrial con horizonte en 2030, una herramienta clave con la que busca modernizar el tejido productivo, reforzar la competitividad empresarial y avanzar en la transición digital y ecológica de la industria.
La iniciativa, coordinada por la Consejería de Industria, Empleo, Innovación y Comercio, pretende adaptar la política industrial a los profundos cambios que atraviesa el sector a nivel global, y se realizará en colaboración con la Universidad de Cantabria (UC), que aportará su conocimiento técnico y capacidad de análisis.
El titular del departamento, Eduardo Arasti, ha destacado que la industria “está inmersa en una transformación sin precedentes”, marcada por la digitalización, la descarbonización y los nuevos retos de autonomía estratégica que reconfiguran las cadenas de valor. “Estamos en un momento determinante y queremos actuar con el máximo rigor y conocimiento”, ha subrayado.
Según el consejero, la elaboración del Plan combinará la experiencia y los datos aportados por los distintos departamentos del Ejecutivo autonómico con el respaldo académico de la Universidad, para obtener una visión completa que permita definir las líneas de acción más eficaces. El documento contará también con la participación de expertos, empresas y agentes económicos y sociales, tanto de Cantabria como de fuera de la comunidad, con el fin de construir una estrategia plural, realista y bien fundamentada.
Ejes del nuevo Plan
El Plan Estratégico Industrial se integrará con otras hojas de ruta del Ejecutivo cántabro ya en marcha, como la Agenda Digital, el Plan de Internacionalización, el Plan de Apoyo al Empleo Autónomo, el Plan de Sostenibilidad Energética o el Plan Director de Suelo Industrial. De esta forma, el Gobierno quiere garantizar la coherencia de sus políticas y facilitar la coordinación de actuaciones en torno a un objetivo común: consolidar un modelo productivo más sólido, innovador y sostenible.
El documento abordará cuestiones clave como la transformación digital, la modernización del empleo, la brecha entre la oferta y la demanda laboral, la captación de inversión industrial, la transición energética y la mejora de infraestructuras. Entre sus objetivos principales figuran aumentar la productividad, fomentar el crecimiento de las empresas, avanzar en la descarbonización y reforzar la formación en profesiones científico-técnicas.
Arasti ha defendido que la atracción de nuevas inversiones “es esencial para que Cantabria se consolide como una tierra de oportunidades”, y ha puesto como ejemplo la bajada de impuestos y la implantación de la figura de Proyecto Empresarial Estratégico, que ya ha permitido iniciar proyectos como el de la Pasiega o el Campus Tecnológico Altamira.
El núcleo del Plan será la identificación de líneas de actuación y de proyectos tractores de alto impacto que sirvan de motor para la reindustrialización de Cantabria. Estas iniciativas se centrarán en ámbitos como la digitalización, la internacionalización, el desarrollo de infraestructuras y la captación de talento, así como en la búsqueda de financiación a través de fondos europeos y nacionales.
Análisis territorial y diagnóstico
El documento incorporará, además, un estudio por comarcas que analizará las zonas industriales más relevantes de la comunidad, con especial atención a aquellas en proceso de transición, como las del Besaya y Campoo, históricamente vinculadas al sector y que requieren una reconversión adaptada a las nuevas exigencias del mercado y la sostenibilidad.
El punto de partida será un diagnóstico exhaustivo que evaluará factores como la disponibilidad de suelo industrial, las infraestructuras de comunicación —puertos y ferrocarril—, la energía y la formación del capital humano. Este análisis incluirá también una comparación con las estrategias de especialización industrial de otras regiones europeas, con el fin de identificar oportunidades y buenas prácticas aplicables al caso cántabro.
Alineado con la política europea
Arasti ha enmarcado este plan dentro de la política industrial que la Unión Europea impulsa a través de su nueva estrategia de competitividad y transición verde, que busca reforzar la autonomía económica y tecnológica de los Estados miembros. En este contexto, el Plan cántabro tomará como referencia el denominado Informe Draghi sobre El futuro de la competitividad europea, centrado en la innovación, la descarbonización y la independencia estratégica.
“El desarrollo industrial de Cantabria debe estar alineado con los grandes objetivos europeos para beneficiarse de los ecosistemas estratégicos y de los proyectos tractores de ámbito continental”, ha subrayado Arasti, que ha insistido en que esta hoja de ruta ayudará a “modernizar el tejido productivo, reforzar la seguridad industrial y simplificar la administración, para atraer inversión y empleo estable”.
El Gobierno prevé presentar un primer borrador del Plan a lo largo de 2026, una vez completada la fase de diagnóstico y consulta con los principales sectores y agentes implicados.













