El CD Tropezón rozó la sorpresa en la primera ronda de la Copa del Rey, pero acabó cayendo por 1-3 ante la Cultural y Deportiva Leonesa en un partido en el que compitió con orgullo, carácter y una dosis extra de ambición. Los de Geli exigieron al máximo al conjunto leonés, que tuvo que sudar más de lo previsto en el campo de Tanos para imponerse gracias a su pegada y al acierto de Paraschiv, Tomás Ribeiro y Mboula en los momentos clave.
Desde el inicio, el conjunto visitante mostró la diferencia de categoría, controlando el juego y lanzando avisos tempranos sobre la meta cántabra. Apenas se habían disputado diez minutos cuando Fornos remató un balón que cruzó la línea, aunque el árbitro no concedió el tanto. Minutos después, Paraschiv cazó un penalti cometido sobre él mismo y lo transformó con solvencia, adelantando a la Cultural en el marcador.
Con el 0-1, el Tropezón no se desordenó. Lejos de rendirse, fue ganando presencia y alma ante un rival que tenía más posesión, pero poca intención de cerrar el encuentro. Al filo del descanso, Cobo tuvo el empate en sus botas, pero Bañuz respondió con reflejos felinos. La grada del Trope volvió a rugir al comienzo del segundo acto, cuando un cabezazo de Gago se estrelló con violencia en el travesaño. Por centímetros, la ilusión del empate se quedó en la madera.
El susto despertó a los leoneses, que reaccionaron con oficio. A balón parado, en el minuto 55, Pibe sirvió un centro de precisión quirúrgica que encontró la cabeza de Tomás Ribeiro. El central portugués remató con potencia y colocación al fondo de la red, poniendo el 0-2 y, aparentemente, dejando el partido encarrilado para la Cultural.
Pero el Tropezón, orgulloso en su papel de equipo modesto sin miedo, no bajó los brazos. Con los cambios y el empuje de su afición, el cuadro de Tanos buscó volver a engancharse al encuentro. Y lo consiguió. En el minuto 84, un despiste leonés en la salida de balón permitió a Madroño lanzar un disparo desde la frontal que tocó en un defensa y descolocó al guardameta. El 1-2 encendió el campo y desató la esperanza de una remontada heroica.
Durante varios minutos, la Cultural se vio sometida. El Trope empujaba, colgaba balones, ganaba segundas jugadas y soñaba con la prórroga. Pero cuando el corazón de los cántabros latía más fuerte, un contraataque veloz en el descuento acabó con sus ilusiones. Mboula, que había salido desde el banquillo para revolucionar la delantera leonesa, dribló al portero y anotó el definitivo 1-3 que cerraba la eliminatoria.
El pitido final dejó una sensación amarga en Tanos: la de haber competido sin complejos ante un rival de superior categoría y haber tenido contra las cuerdas a un histórico. Los hombres de Geli se marcharon del césped entre aplausos, conscientes de que ofrecieron una imagen de entrega y orgullo que honra al Tropezón. La Cultural avanza a la segunda ronda de la Copa del Rey, pero el equipo cántabro se despide dejando claro que, en el fútbol, las diferencias presupuestarias se achican cuando sobra coraje.










