Miles de profesores de la comunidad han vuelto a llenar este jueves las calles de Santander para exigir la mejora de sus condiciones laborales y salariales, en la que ya es la cuarta gran manifestación convocada dentro de la semana de huelgas promovida por los sindicatos docentes con representación en la Junta de Personal. La Delegación del Gobierno ha estimado la participación en alrededor de 5.000 personas, aunque las organizaciones convocantes elevan la cifra a unas 7.000.
El colectivo educativo ha retomado las protestas tras fracasar, el pasado viernes, la undécima reunión mantenida entre los sindicatos y el consejero de Educación, Sergio Silva (PP). El punto de mayor conflicto sigue siendo la conocida como ‘cláusula Silva’, una disposición que supedita la subida salarial a la aprobación de los presupuestos autonómicos de los próximos ejercicios. Los representantes sindicales consideran que esta condición supone una “discriminación” respecto a otros sectores públicos y exigen su retirada inmediata.
La movilización ha arrancado en la Plaza de Numancia bajo una gran pancarta con el lema “En defensa de la educación pública”. Al ritmo de consignas y petardos, la marcha ha recorrido la calle Burgos y el Paseo Pereda, donde los manifestantes realizaron una sentada simbólica antes de continuar hasta la sede del Gobierno autonómico en Peña Herbosa y concluir en el Centro Cultural Doctor Madrazo, donde se leyó un manifiesto. En este texto, los organizadores reafirmaron su compromiso de continuar la lucha “por la adecuación retributiva, la mejora de las condiciones laborales y la dignidad de la profesión docente”.
A lo largo del recorrido se escucharon proclamas como “Somos docentes, no rehenes”, “Abajo las ratios, arriba los salarios” o “Silva dimisión”, esta última convertida en el grito más repetido. La presidenta de la Junta de Personal Docente, Rus Trueba, denunció ante los medios el “hartazgo” de los profesionales por cómo se está desarrollando la negociación y reclamó que la Consejería actúe “con seriedad y sin trabas”. También insistió en que los docentes llevan “más de 17 años esperando una adecuación salarial justa”.
Los sindicatos estiman que el seguimiento de la huelga convocada en todos los niveles educativos supera el 51%, mientras que la Consejería lo reduce al 34%, aunque sus datos provisionales del mediodía lo situaban incluso en el 18,5%, unos 1.500 profesores de los más de 8.000 en activo. En todo caso, tanto STEC, ANPE, UGT como CCOO —convocantes de las movilizaciones— valoran la participación como un “rotundo éxito” y una muestra del “profundo malestar” del profesorado ante lo que califican como “falta de respeto institucional y ausencia de una negociación real”.
El consejero Sergio Silva ha querido trasladar su “respeto” a quienes ejercieron su derecho a la huelga, pero ha insistido en que “el servicio público educativo funciona con normalidad dentro de la excepcionalidad”. Ha defendido la aplicación de servicios mínimos y ha reiterado que “no se están poniendo dificultades” al seguimiento de las convocatorias. Sobre la polémica cláusula, ha subrayado que “no es razonable comprometer subidas sin respaldo presupuestario”, y ha recordado que el proyecto de Presupuestos de 2026 contempla ya más de 17 millones de euros para una subida lineal de 90,23 euros mensuales, además de los complementos por sexenios.
Pese a ello, los sindicatos mantienen su exigencia de eliminar esa condición del acuerdo y reclaman igualdad de trato con el resto de empleados públicos. A su juicio, el conflicto se prolongará mientras el Gobierno autonómico “no dé una respuesta firme” a sus peticiones. En un nuevo mensaje conjunto, han llamado a toda la comunidad educativa y a la ciudadanía cántabra a respaldar sus reivindicaciones en defensa de una enseñanza pública “de calidad, digna y sin discriminaciones”.


































