Las instituciones han aparcado sus diferencias para dar paso a uno de los compromisos más importantes que se recuerdan en Camargo: el inicio del cubrimiento de las vías del tren a su paso por Maliaño. El protocolo que lo hará posible lleva la firma del Gobierno de España, a través de Adif, la Administración autonómica y el Ayuntamiento. Un acuerdo que pone fin a décadas de expectativas y allana el camino para encomendar las obras.
El acto de la firma tuvo lugar este lunes en la Delegación del Gobierno, con la presencia de la presidenta regional, María José Sáenz de Buruaga, el delegado del Gobierno en Cantabria, Pedro Casares, el presidente de Adif, Luis Pedro Marco de la Peña, el consejero de Fomento, Roberto Media, y el alcalde de Camargo, Diego Movellán. Tanto Casares como Buruaga han puesto en valor la “unidad y el consenso” como motor para eliminar la separación entre ambas márgenes ferroviarias y avanzar hacia un municipio más integrado.
La intervención contempla cubrir un tramo de 275 metros de la línea Santander-Torrelavega, desde la Avenida de la Concordia hasta el entorno del apeadero de Muriedas-Bahía. La dotación económica asciende a 14 millones de euros —1,5 destinados a la redacción del proyecto y el resto a la ejecución de las obras— y se repartirá entre el Estado (50%), el Gobierno cántabro (30%) y el Consistorio (20%). Las aportaciones se articularán en tres plazos anuales entre 2028 y 2030.
Por su parte, Sáenz de Buruaga ha reivindicado la “insistencia eficaz” con la que el Gobierno cántabro ha empujado el avance de este proyecto, una vez superada, dijo, la etapa de promesas incumplidas. También ha aprovechado el acto para reclamar más inversiones en mejoras ferroviarias, pedir agilidad en la llegada del AVE y reclamar avances en el enlace con Bilbao, el desdoblamiento de la vía a Reinosa y la estación intermodal de La Pasiega, entre otras demandas.
El acuerdo firmado no solo tiene vocación de transformar urbanísticamente Camargo, sino de sumar a una Cantabria que —ha remarcado Casares— sigue ganando cada vez que las instituciones empujan en la misma dirección, convirtiendo reivindicaciones históricas en obras tangibles y en calidad de vida para sus vecinos.














