El consejero de Salud de Cantabria, César Pascual, ha emplazado al Ministerio de Sanidad a replantear por completo el anteproyecto de reforma del Estatuto Marco del personal sanitario, al que calificó de «irrealizable» en su forma actual durante la reunión con las comunidades autónomas celebrada este miércoles.
Crítica frontal al enfoque
Pascual no dejó títere con cabeza en su intervención: «Analizar esto solo desde Sanidad es un error. Requiere coordinación con Hacienda y Función Pública por el brutal impacto económico». El titular cántabro fue contundente: «No hablamos de retoques retributivos, sino de dinamitar la sostenibilidad del sistema. Cada nuevo borrador empeora la situación con propuestas sin respaldo financiero».
Dos objeciones irrenunciables
El Gobierno regional esgrimió dos motivos para su rechazo:
La «ficción presupuestaria»: Los 400 millones estimados por el Ministerio son, a su juicio, «una cifra inventada que no resiste el menor análisis».
El déficit de profesionales: «¿Cómo vamos a implementar cambios organizativos sin tener cubiertas ni las plantillas actuales?», cuestionó.
Advertencia sobre derechos laborales
Pascual recordó que Cantabria tiene «acuerdos sindicales avanzados» que no está dispuesta a sacrificar: «Nos piden que seamos nosotros quienes eliminemos derechos con la excusa de modernizar. No seremos el hacha que tale lo conseguido». Y lanzó una analogía demoledora: «Estamos diseñando castillos normativos sin saber si hay ladrillos para construirlos».
Contexto europeo
El consejero aprovechó para reprochar al Gobierno central la contradicción de tener 1.100 millones de fondos UE bloqueados por la temporalidad mientras impulsa una reforma estructural sin presupuesto: «Primero solucionen lo básico antes de vendernos revoluciones imposibles».
Posición constructiva pero firme
Pascual dejó claro que Cantabria «quiere y necesita» un nuevo Estatuto Marco, pero exigió uno «viable, con financiación real y que no suponga un retroceso en derechos». Su mensaje final fue claro: «Sin garantías económicas, este debate es un brindis al sol».