Andar como si se hiciera descalzo, pero con la protección necesaria. Esa es la base del calzado barefoot, una tendencia que ha dejado de ser minoritaria para consolidarse como una opción real para quienes priorizan la salud y el bienestar desde los pies.
Las zapatillas barefoot están diseñadas para respetar la forma natural del pie, sin refuerzos artificiales ni suelas rígidas. Su objetivo es permitir que el pie se mueva libremente, tal como lo haría sin calzado, lo que puede favorecer una mejor postura, equilibrio y fortalecimiento muscular.
Pero no todo queda en las deportivas. La oferta también se amplía con zapatos barefoot pensados para el día a día o entornos más formales, sin renunciar a la filosofía barefoot. Incluso en los meses fríos, este tipo de calzado encuentra su sitio gracias a las botas barefoot, que combinan funcionalidad, abrigo y libertad de movimiento.
Cada vez más personas optan por este tipo de calzado por sus beneficios ergonómicos y su diseño minimalista. Una forma de reconectar con el movimiento natural del cuerpo, empezando por los pies.