El Grupo Parlamentario Regionalista ha elevado la voz de alarma ante la crítica situación que atraviesan dos de las principales industrias de Cantabria. A través de una interpelación urgente registrada para el próximo pleno, el diputado Javier López Marcano ha exigido explicaciones detalladas al Gobierno regional sobre las medidas concretas que está adoptando para garantizar el futuro de las plantas de Sidenor en Reinosa y Bridgestone en Puente San Miguel.
La gravedad del asunto queda patente al analizar los datos: 150 trabajadores de Sidenor continúan afectados por un ERTE que la empresa ha prorrogado debido al desplome de los pedidos en sectores clave como la energía eólica y el gas. Paralelamente, en Bridgestone la situación no es menos preocupante, con más de 400 empleados bajo expediente de regulación temporal y una producción de neumáticos para camión que acumula un preocupante descenso desde hace año y medio.
López Marcano, con amplia experiencia como exconsejero de Industria, ha puesto el acento en la necesidad de acciones inmediatas que vayan más allá de las declaraciones protocolarias. «No podemos conformarnos con meras notas de prensa que hablan de contactos institucionales mientras los trabajadores ven cómo se erosiona su futuro laboral», ha manifestado durante la presentación de esta iniciativa parlamentaria.
El portavoz regionalista ha recordado el carácter estratégico de estas instalaciones para sus respectivas comarcas. En el caso de Sidenor, su importancia trasciende lo meramente económico, al tratarse de la última gran acería que queda en Cantabria y un símbolo de la identidad industrial de Campoo. Por su parte, Bridgestone representa el principal polo de empleo industrial en la zona del Besaya, con un efecto multiplicador sobre numerosas empresas auxiliares.
La interpelación plantea cuestiones concretas sobre la estrategia del Ejecutivo autonómico: qué reuniones de alto nivel se han mantenido con los grupos empresariales propietarios, qué alternativas productivas se están explorando para diversificar la actividad de estas plantas, o qué coordinación existe con el Gobierno central para activar mecanismos de protección del empleo industrial.
El debate se enmarca en un contexto especialmente delicado para la industria pesada en Europa, afectada por la crisis energética y la desaceleración económica global. Sin embargo, el PRC insiste en que estas circunstancias exigen mayor implicación institucional, no menos. «Cuando hay voluntad política se encuentran soluciones, como demostró la negociación que salvó Bridgestone en 2012», ha remarcado López Marcano.
La respuesta del Gobierno regional se conocerá en el pleno parlamentario convocado para el próximo día 25, en una sesión que promete ser especialmente tensa. Mientras tanto, los trabajadores de ambas plantas esperan señales claras que disipen la incertidumbre sobre el futuro de sus puestos de trabajo y, por extensión, del tejido industrial de sus comarcas.