Santander se convierte este viernes en el escenario de la XXVII Conferencia de Presidentes, que reúne a los máximos responsables de las comunidades autónomas junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la primera cumbre de este tipo desde 2021. La reunión, que se celebra en un clima político complejo, aborda cuestiones clave como la financiación autonómica, el reparto de menores inmigrantes no acompañados, el déficit de personal sanitario y el acceso a la vivienda. También se suman otras propuestas como el Plan Nacional contra Inundaciones solicitado por el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, quien reclama un fondo especial para financiar la recuperación tras catástrofes naturales.
El encuentro comenzó con una foto oficial junto al rey Felipe VI, destacando la solemnidad de la cita. La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, anfitriona de la jornada, dio la bienvenida a los asistentes con un discurso en el que apeló al diálogo y la cooperación entre administraciones. Comparó la reunión con las cenas navideñas, donde “se comparte mesa y mantel con personas que piensan y votan diferente”, e hizo un llamamiento a que los presidentes pongan “el interés general por encima de cualquier otra consideración”.
Pedro Sánchez, por su parte, destacó el valor del modelo autonómico como un pilar esencial para el desarrollo económico y la cohesión territorial de España. “El Estado autonómico ha sido un acierto que solo ha traído cosas buenas”, afirmó, subrayando que la imagen de unidad territorial que se refleja en esta reunión “da certidumbre y seguridad” en un momento en el que los ciudadanos demandan respuestas eficaces. Además, Sánchez ensalzó la elección de Santander como sede del encuentro, como ejemplo de la voluntad de “acercar la administración a los ciudadanos” y salir del centralismo de Madrid.
Diferencias marcadas entre comunidades gobernadas por el PP y el PSOE
La Conferencia de Presidentes, la primera con los ejecutivos autonómicos conformados tras las elecciones de 2023, evidencia el nuevo mapa político del país. El PP, que gobierna en once comunidades autónomas, llega con una posición fortalecida frente al PSOE, que preside cuatro regiones, además del PNV en el País Vasco y Coalición Canaria en las islas. Este contexto ha complicado el consenso, especialmente en temas sensibles como la financiación autonómica, que enfrenta a los socialistas y a los populares. La polémica se intensificó tras el reciente pacto entre el PSC y ERC, que ha despertado críticas en las comunidades gobernadas por el PP, que denuncian un trato desigual.
Otro punto de fricción es la gestión de los menores inmigrantes no acompañados, un asunto que Canarias ha puesto sobre la mesa al reclamar una distribución más equitativa entre las comunidades. La falta de personal sanitario y las dificultades de acceso a la vivienda también figuran entre los temas destacados, problemas que afectan por igual a todos los territorios.
Carlos Mazón, presidente valenciano, añadió una nueva propuesta al debate, al pedir un Plan Nacional contra Inundaciones que permita actuar con mayor eficacia en las zonas más afectadas del país y la creación de un fondo de financiación extraordinario para catástrofes naturales, que agilice los trámites burocráticos y facilite la respuesta ante emergencias.
Críticas al formato y pocas expectativas de acuerdos
Varios presidentes autonómicos han expresado su preocupación por el formato de la cumbre, que consideran poco propicio para un debate real y productivo. Según algunos líderes, el esquema actual favorece una sucesión de discursos, lo que dificulta la interacción directa y la negociación entre comunidades. Esta crítica se suma a la percepción generalizada de que, aunque se aborden temas relevantes, las posibilidades de alcanzar acuerdos concretos son limitadas.
En sus declaraciones institucionales tras el encuentro con el rey, Sáenz de Buruaga insistió en la importancia de este tipo de reuniones, asegurando que “los españoles esperan que nos pongamos de acuerdo” y apelando a la lealtad institucional como una herramienta imprescindible para avanzar. Sánchez, por su parte, reivindicó los logros del Estado autonómico, destacando su papel en la descentralización y el desarrollo económico del país.
La conferencia, que pone de relieve las tensiones y desafíos políticos entre las comunidades autónomas y el Gobierno central, no solo es un espacio para el diálogo, sino también una oportunidad para medir la fuerza de los distintos actores en el escenario político nacional. Aunque las expectativas de consenso son bajas, el encuentro deja una imagen simbólica de unidad territorial en un momento clave del año, con los desafíos políticos, económicos y sociales marcando la agenda de cara al 2025.













