El Ayuntamiento de Colindres ha anunciado que presentará alegaciones al estudio informativo del tren de altas prestaciones que conectará Bilbao con Santander, mostrando su sorpresa y rechazo a que la parada señalada como ‘Laredo’ se sitúe en el término municipal de Colindres, mientras que el tren ni siquiera pasaría por la localidad de Laredo. El Consistorio ha manifestado en un comunicado su preocupación por los impactos que tendría este proyecto en espacios protegidos y en elementos patrimoniales de gran valor histórico y ambiental.
El alcalde, Javier Incera (PSOE), ha subrayado que esta ubicación implica afectar a la Encina de San Roque, reconocida como el mejor árbol de España en 2023 y finalista en el certamen europeo, así como a la ermita de San Roque, el Camino Real —que podría modificarse por primera vez desde la Edad Media— el Monte de la Redonda, áreas de Colindres el de Arriba, el Parque Medioambiental del Tintero, la iglesia neogótica de San Juan y el Cementerio municipal. Incera considera que este trazado supone “un ataque injustificado a la sostenibilidad y al patrimonio histórico artístico” del municipio, especialmente porque incidiría sobre suelo rústico protegido con la máxima consideración en el planeamiento local.
El proyecto contempla que la estación, con una estructura que podría alcanzar los 16 metros de altura, así como la infraestructura que incluye aparcamientos, vestíbulos, ascensores y escaleras mecánicas, se instale sobre los huertos urbanos del Parque del Tintero, espacio que fue desarrollado por el Gobierno de Cantabria para proteger un humedal natural, revalorizando su fauna y flora mediante la creación de lagunas para aves y charcas para anfibios, además de distribuir huertos educativos y para vecinos. Esta iniciativa declarada pionera en la comunidad autónoma estaría ahora “en peligro” según ha recalcado el Ayuntamiento.
Por su parte, el concejal de Patrimonio, Adrián Setién, ha expresado su indignación al comprobar que el trazado propuesto afecta zonas de máxima protección en Colindres, cuando municipios próximos como Laredo disponen de suelo urbano, periurbano o rústico con protección ordinaria, más adecuado para albergar la estación y las vías. Setién reclama que, si Laredo precisa una parada ferroviaria, debería facilitar terrenos propios en lugar de trasladar el impacto negativo a Colindres, que tiene una extensión mucho menor —6,6 kilómetros cuadrados frente a los 15,71 de Laredo— y donde la presencia de este tipo de infraestructuras resultaría más perjudicial.
El regidor ha defendido que es su responsabilidad proteger el entorno local frente a lo que considera una macroinfraestructura invasiva, que apenas tendrá efectos positivos sobre la vida económica en el casco urbano y conlleva una considerable pérdida patrimonial y ambiental. Por ello, el Ayuntamiento de Colindres confía en que el Gobierno cántabro respaldará sus alegaciones, dado que es el principal promotor de la iniciativa, y que no apoyar estas reclamaciones sería “incomprensible” para la defensa del territorio y sus valores ambientales e históricos.
En definitiva, el Ayuntamiento apuesta por la mejora de la conexión ferroviaria entre las capitales del País Vasco y Cantabria, pero urge a buscar una alternativa que minimice el impacto ambiental y respete el patrimonio histórico y natural de la comarca, en lugar de apostar por un trazado que, a juicio municipal, representa un daño irreparable para Colindres y no justifica sus consecuencias.














