María José Sáenz de Buruaga ha confirmado que el Gobierno de Cantabria ya ultima la prórroga de las cuentas de 2025 después de que el Parlamento devolviera el proyecto para 2026 –que subía a 3.913 millones, un 7% más y con énfasis en sanidad (1.312 millones, +23%), educación (779,7 millones, +18%) y servicios sociales (328,7 millones, +18,8%)– al prosperar la enmienda a la totalidad del PSOE con apoyos de PRC y Vox en un pleno marcado por broncas sobre votaciones nominales y recursos de la oposición. La jefa del Ejecutivo popular ha dejado claro que «no se cambia de opinión ni de presupuesto de la noche a la mañana», pero abre la puerta a un nuevo texto «si alguien del frente del ruido y bloqueo reflexiona, negocia y trae ideas encima de la mesa», disponible «ayer, hoy, mañana y siempre» para pactos que prioricen soluciones reales sobre tacticismos.
En declaraciones a los medios tras inaugurar el cine infantil en Pediatría de Valdecilla, Buruaga ha recordado que el mismo día del tumbón –que también afectó la ley de acompañamiento– tendió la mano al diálogo, dispuesta a «volver a empezar» con las cuentas autonómicas, pero ha arremetido contra la «coalición del ruido» formada por PRC, PSOE y Vox por montar un «espectáculo bochornoso» que hunde a la comunidad en un mes y medio de juegos electorales. «Los cántabros piden respuestas útiles a sus problemas, no circos políticos; eso es lo que hacemos desde ya con la prórroga para que nada se pare», ha insistido, subrayando que Cantabria no colapsará –se pagan nóminas, se mantienen inversiones prorrogadas, subidas salariales estatales y transferencias legales–, aunque decaen subvenciones nominativas y 219 millones extra de crecimiento.
La presidenta ha instado a la oposición a «sosegarse y reflexionar seriamente», rechazando presiones o miedos generados por el PP sobre un supuesto «salto al vacío» –como defendieron regionalistas y ultraderecha–, ya que la actividad administrativa fluye con normalidad en prórrogas como la de 2017 bajo Revilla por interinidad nacional. No habrá más cuentas sin voluntad real de acuerdo: «No cuenten con nosotros para perder el tiempo en Cantabria, que ahora menos que nunca está para eso», ha zanjado, fiel a su oferta de diálogo pero sin ceder a estrategias que, a su juicio, frenan proyectos transformadores como los 16 millones para sueldos docentes o apuestas récord en servicios públicos, 417 millones más que en 2023.
Este pulso presupuestario revive tensiones en el Parlamento, donde el PP se quedó solo tras un voto nominal polémico –Vox protestó abandonando escaños por resolución de la mesa sobre enmiendas separadas– y críticas cruzadas: PSOE lo ve puerta al diálogo para reformular, Vox un «así no» contra un Estado hinchado, PRC contra humo sin necesidades reales. Buruaga mantiene el timón en soledad parlamentaria, priorizando estabilidad vía prórroga mientras espera que la coalición opositora –que tumbó 72,8% del gasto en sanidad, educación y dependencia– dé paso atrás antes de fin de año, evitando que la autonomía entre en 2026 sin herramientas frescas para infraestructuras productivas y servicios eficientes.












