La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado este martes a un hombre a un año de prisión por un delito de agresión sexual cometido en el interior de un autobús nocturno de la capital. Los hechos ocurrieron pasada la medianoche, cuando, según recoge la sentencia, el condenado subió al vehículo en estado alterado, insultando y profiriendo frases despectivas hacia las mujeres a bordo. Tras perder el equilibrio, probablemente por consumo previo de alcohol o estupefacientes, el hombre se sentó junto a una pasajera pese a que el autobús se encontraba prácticamente vacío, lo que incomodó notablemente a la afectada.
La situación se agravó al ir quedando menos usuarios en el vehículo; la mujer, incómoda por la actitud y los comentarios del acusado, decidió cambiarse de asiento, momento que él aprovechó para tocarle y apretarle las nalgas con ánimo libidinoso. Tras la agresión, la víctima pidió ayuda al conductor, quien detuvo inmediatamente el vehículo. El agresor aprovechó este instante para bajarse del autobús, aunque fue interceptado por agentes de la Policía Nacional y varios pasajeros alertados por el chófer, y fue detenido poco después en las inmediaciones.
Al inicio del juicio, el acusado admitió los hechos y aceptó ser autor de un delito de agresión sexual, lo que ha permitido un acuerdo con la Fiscalía y la acusación particular que ha rebajado la pena inicialmente solicitada. Además del año de prisión, la condena incluye cuatro años de libertad vigilada y la prohibición de ejercer empleos que supongan contacto con menores durante cinco años. En concepto de responsabilidad civil, el condenado deberá indemnizar a la víctima con 1.000 euros por los perjuicios morales sufridos.
Este caso pone en evidencia la importancia de la respuesta rápida de los profesionales del transporte público y de los propios pasajeros, cuya colaboración resultó clave para evitar que el autor de la agresión escapara. A la vez, subraya el compromiso de la justicia cántabra y de la sociedad en general con la protección de las mujeres ante las agresiones sexuales en espacios públicos, impulsando medidas para la prevención, la denuncia y el acompañamiento a las víctimas. La sentencia se suma a otros fallos recientes que refuerzan una tendencia hacia la tolerancia cero con cualquier vulneración de la libertad sexual en la comunidad autónoma.