Cabezón de la Sal volvió a vestirse de fiesta este fin de semana con la Olimpiada del Tudanco, una cita emblemática que atrajo a miles de personas y reafirmó su posición como uno de los grandes hitos ganaderos y turísticos de la comunidad. La edición, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, reunió a 700 animales de 16 ganaderías cántabras, que dieron muestra del excelente nivel y la calidad genética de la raza Tudanca, gran protagonista del certamen.
Desde primera hora de la mañana, el recinto ferial fue un ir y venir constante de visitantes, ganaderos y curiosos que recorrieron el mercado agroalimentario instalado para la ocasión. Este espacio no solo ofreció productos locales y propuestas gastronómicas, sino que permitió poner en valor el trabajo de los productores cántabros y contribuyó a dinamizar la actividad comercial del municipio.
Uno de los momentos más esperados llegó a media tarde con la tradicional pasá, un desfile que congregó a miles de vecinos y visitantes, deseosos de contemplar de cerca a los mejores ejemplares de Tudanca y de disfrutar de una jornada de convivencia ganadera y social. El evento estuvo acompañado de actuaciones musicales y actividades paralelas que completaron una oferta de ocio variada y para todas las edades.
Durante el desarrollo del certamen, se entregaron premios y distinciones a los ganaderos participantes, en reconocimiento a la dedicación y esmero en la conservación y mejora de una raza autóctona que es emblema de Cantabria. La presencia de autoridades locales y representantes del sector subrayó el respaldo institucional a un evento que, año tras año, contribuye a mantener vivas las tradiciones rurales y a proyectar al exterior la riqueza del patrimonio ganadero cántabro.
La Olimpiada del Tudanco no solo destaca por su importancia para el sector agrario, sino que actúa como un indudable motor turístico y de desarrollo para Cabezón de la Sal y su entorno, dinamizando la economía local y sumando atractivo a la agenda festiva de la comunidad. La combinación de tradición, calidad y ambiente festivo ha convertido a este evento en una cita ineludible tanto para ganaderos como para amantes de la cultura rural cántabra.














