El mundo del fútbol cántabro está sumido en un profundo duelo tras confirmarse el fallecimiento (según ha adelantado Radio Santander- Cadena Ser) de Raúl Ramírez Osorio, portero del CD EMF Colindres, con tan solo 19 años. El joven jugador sufrió un grave accidente durante el partido entre su equipo y el Revilla, correspondiente a la jornada 4 del Grupo III de Tercera Federación, que tuvo que ser suspendido abruptamente debido al incidente. Raúl recibió un golpe fortuito en la cabeza en una jugada que terminó con gol, momento en el que perdió la consciencia y sufrió una primera parada cardiorrespiratoria sobre el terreno de juego. La rápida intervención de su entrenador, Rafael de la Peña, junto con la ayuda de una estudiante de enfermería presente en la grada, resultó vital para mantenerlo con vida hasta la llegada de la unidad móvil de urgencias, que logró estabilizarlo y trasladarlo rápidamente al Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.
Según ha sabido El Mirador Digital durante el camino al hospital, el portero sufrió una segunda parada cardiorrespiratoria, de la que también fue reanimado. Sin embargo, la situación empeoró debido a un daño cerebral irreversible provocado, según fuentes médicas, por el estallido de un aneurisma no diagnosticado que desencadenó una hemorragia cerebral tras el impacto. Raúl permaneció conectado a soporte vital artificial en la UCI del hospital, mientras su familia, residente en Santoña, aguardaba con angustia en Santander. La trágica noticia del fallecimiento llega tras cerca de 48 horas de máxima preocupación y esfuerzo para salvar su vida, y ha conmocionado a toda la comunidad deportiva regional.
El CD Colindres expresó su más sentido pésame a través de sus redes sociales, enviando toda la fuerza y apoyo a la familia y amigos del joven portero. La Real Federación Cántabra de Fútbol también manifestó públicamente su dolor ante la pérdida y anunció la intención de rendir homenaje a Raúl. El mundo del fútbol cántabro se ha volcado en mostrar su solidaridad, recordando el talento, la entrega y el espíritu ejemplar de un deportista que fue querido y respetado por compañeros y aficionados. En medio del dolor, clubes, compañeros, aficionados y la universidad a la que asistía Raúl –la Europea del Atlántico– han unido sus voces para homenajear su memoria y apoyar a quienes sufren esta irreparable pérdida.
La jugada que truncó la vida de Raúl tuvo lugar en el minuto 63 del partido, cuando intentaba interceptar un centro lateral en el área y recibió un choque accidental que le produjo la pérdida de conocimiento. El desenlace inesperado de un hecho fortuito ha dejado un vacío inmenso en el fútbol regional, que hoy recuerda con cariño a un joven que soñaba con crecer en el deporte y representa un golpe duro para toda Cantabria. La comunidad deportiva continúa acompañando a la familia y amigos en estos momentos difíciles, mostrando la unión y humanidad que ya caracterizan a este colectivo en tiempos de adversidad.