La Guardia Civil de Cantabria ha logrado un importante avance en la investigación de una ciberestafa de gran envergadura cometida mediante la modalidad conocida como BEC (Business E-mail Compromise, o compromiso de correo empresarial), un tipo de fraude que consiste en la manipulación de mensajes electrónicos para engañar a las empresas y obtener transferencias de dinero ilícitas. Esta operación se inició tras la denuncia presentada en agosto por una empresa con sede en Cataluña que, al operar temporalmente en Cantabria, fue víctima de esta sofisticada estafa que supuso la pérdida de más de 70.000 euros. La víctima pagó una factura enviada por correo electrónico que, a simple vista, parecía legítima, pero que escondía una modificación fraudulenta del número de cuenta para desviar los fondos a una entidad bancaria controlada por los delincuentes.
Inmediatamente al recibir la denuncia, el Equipo @, la unidad especializada en ciberdelitos de la Guardia Civil en Cantabria, puso en marcha una exhaustiva investigación que permitió localizar una gran parte del dinero—en concreto, 41.000 euros—en la cuenta bancaria inicial donde fue ingresado. Gracias a las gestiones realizadas y a la colaboración con la entidad financiera, se consiguió el bloqueo efectivo de esta cuantía, evitando así que fuera retirada o transferida a otros destinos. No obstante, las pesquisas también revelaron que el resto de los fondos ya había sido transferido a una entidad bancaria ubicada en Rumanía, lo que complica la recuperación total del dinero y amplía el ámbito de la investigación a nivel internacional.
El Equipo @ ha informado ya a la autoridad judicial competente sobre estos avances, identificando además a la primera persona que habría recibido la cantidad bloqueada, conocida en estos casos como “mula”, término que designa a intermediarios que facilitan la transferencia y blanqueo de los fondos obtenidos de forma fraudulenta. La operación continúa abierta con la intención de esclarecer la totalidad de los hechos, siguientes movimientos financieros y la localización del resto de los implicados en esta red criminal.
Desde la Guardia Civil se insiste en la importancia de que las empresas y particulares denuncien con rapidez cualquier sospecha de fraude mediante técnicas de ciberestafa, ya que la antelación en la presentación de la denuncia es fundamental para activar los mecanismos de investigación y bloquear transferencias de dinero antes de que desaparezcan o se desvíen a mercados difíciles de rastrear. Este caso pone de manifiesto la sofisticación creciente de los cibercriminales y la necesidad de adoptar medidas preventivas, aumentar la vigilancia digital y contar con unidades especializadas capaces de actuar ágilmente ante estos delitos.
Además de las acciones judiciales y administrativas, la Guardia Civil recomienda a las empresas extremar las precauciones en la gestión de sus comunicaciones electrónicas, verificar siempre la autenticidad de las facturas y órdenes de pago, mantener actualizado el software de seguridad y contar con protocolos claros para detectar y actuar ante posibles intentos de fraude electrónico. La colaboración entre las entidades financieras, organismos de seguridad y empresas es clave para minimizar el impacto de estas estafas y proteger el patrimonio y la integridad financiera de todas las partes involucradas.
Este proceso de investigación y recuperación demuestra la capacidad de respuesta y la eficacia de los cuerpos policiales especializados en Cantabria y a nivel nacional para combatir el creciente fenómeno de la ciberdelincuencia, ofreciendo un mensaje de confianza y seguridad a la ciudadanía y al tejido empresarial en la lucha contra estas amenazas digitales. La Guardia Civil reafirma así su compromiso con la protección de la economía y la justicia, asegurando que no habrá impunidad para quienes intentan aprovecharse del sistema mediante el fraude tecnológico