El Gobierno de Cantabria ha decidido elevar el tono de sus reclamaciones ante el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, dirigido por Óscar Puente, tras acumularse semanas de desencuentros y silencios que han llevado al Ejecutivo autonómico a cuestionar abiertamente el cumplimiento de los compromisos ferroviarios adquiridos con la comunidad. El consejero de Fomento, Vivienda, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Roberto Media, compareció este miércoles tras la celebración de la Mesa del Ferrocarril –convocada de urgencia ante las filtraciones sobre un posible cambio de planes– para dejar claro que la región «no va a aceptar un tren a Bilbao por tramos ni a permitir que el Gobierno de España nos engañe y nos dé migajas».
La situación ha alcanzado un punto crítico tras conocerse que el Ministerio estaría valorando priorizar el tramo Bilbao-Castro Urdiales en detrimento de la conexión completa con Santander, una posibilidad que Media calificó de «inadmisible» y que contradiría abiertamente el compromiso firmado en 2019, que establecía la ejecución íntegra del corredor de altas prestaciones. «Este proyecto es estratégico e imprescindible para el futuro de Cantabria, no solo para el transporte de pasajeros, sino para la competitividad del puerto de Santander y nuestra conexión con Europa», subrayó el consejero, quien recordó que la comunidad «no es una región de segunda y merece el mismo respeto que otras autonomías».
El malestar se vio agravado por las «importantes y claves» ausencias en la Mesa del Ferrocarril de representantes del Gobierno central. Ni el comisionado para el Corredor Atlántico, José Antonio Sebastián, ni el comisionado para las Cercanías en Cantabria y Asturias, ni siquiera los habituales representantes de Renfe, acudieron a la cita pese a haber confirmado previamente su participación. Media tachó estas faltas de «insólitas» y las interpretó como una muestra del «escenario de deslealtad» que, a su juicio, caracteriza la actitud actual del Ministerio. «Esto evidencia la falta de seriedad y el menosprecio hacia Cantabria», afirmó, antes de anunciar que ha cerrado una reunión para el próximo 7 de octubre con ambos comisionados para «exigir explicaciones de forma inmediata».
La desconfianza se extiende más allá del tren Santander-Bilbao. El consejero confirmó que su departamento ha solicitado por escrito al secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, una copia del estudio informativo del proyecto –elaborado por la UTE WSP Spain-Apia-Sener por 1,2 millones de euros– que el Ministerio mantiene en reserva pese a haber sido concluido hace meses. «No vamos a permitir que nos ignoren. Exigimos transparencia y que ese documento se someta a información pública para que todos podamos conocer las alternativas de trazado», insistió Media, quien advirtió de que el Ejecutivo autonómico no aceptará un nuevo estudio por tramos que relegue la conexión con la capital cántabra.
Pero las dudas no acaban aquí. Ante las advertencias del PRC –que asegura tener información de que los 21 nuevos trenes de Cercanías adjudicados a CAF sufrirán retrasos y no llegarán en el primer semestre de 2026 como estaba previsto–, el consejero anunció que exigirá visitar «de forma inmediata» las instalaciones de la fabrica en Guipúzcoa para verificar personalmente el estado de los trabajos. «Ya no nos fiamos. Quiero ver con mis propios ojos que los trenes se están construyendo y que cumplirán los plazos», afirmó Media, quien reveló que su departamento ha solicitado en seis ocasiones –sin éxito– una visita a la fábrica a través de Renfe.
La crisis de confianza llega después de que, según el consejero, el Gobierno de María José Sáenz de Buruaga haya mantenido hasta ahora una actitud de «absoluta lealtad institucional» con el Ejecutivo central en materia ferroviaria. «Hemos colaborado, hemos reconocido lo que se hacía bien, pero hay líneas rojas que no vamos a consentir que se sobrepasen», zanjó Media, en alusión a los presupuestos de 2.500 a 3.100 millones de euros comprometidos por la exministra Raquel Sánchez para el tren de altas prestaciones. El consejero concluyó con un mensaje claro: «Cantabria no va a permitir que la deslealtad y los incumplimientos marquen la agenda ferroviaria. Exigimos hechos, no palabras».