El Campus Tecnológico de Centros de Datos Altamira podría convertirse en el primer enclave de supercomputación cuántica de Cantabria. Así lo ha adelantado este miércoles el consejero de Industria, Empleo, Innovación y Comercio, Eduardo Arasti, durante su intervención en el encuentro sobre economía digital y telecomunicaciones de AMETIC, celebrado en el Paraninfo de la Magdalena de Santander.
Según explicó, la promotora del proyecto, Stoneshield Capital, analiza de forma activa la incorporación de esta tecnología con el objetivo de dotar al futuro campus de capacidades que “miren más allá del presente”. Arasti subrayó la trascendencia de esta iniciativa “no solo en el plano económico, sino también en el ámbito científico y formativo”, ya que permitiría a la región disponer de recursos únicos para la investigación, la innovación y la formación de jóvenes altamente cualificados.
El titular de Industria insistió en que Altamira supone “una oportunidad histórica” para transformar el modelo productivo cántabro y situar a la comunidad y a España “entre los grandes polos digitales del sur de Europa”. La inversión privada prevista supera los 3.600 millones de euros, una cifra que el consejero comparó con la totalidad del presupuesto autonómico y que equivaldría a casi una cuarta parte del PIB regional. Además, estimó la creación de más de 1.500 empleos especializados y con salarios competitivos.
Entre las ventajas del proyecto, Arasti destacó la alta eficiencia energética del futuro campus, que prescindirá de agua para refrigeración gracias al clima cántabro y recurrirá a ventilación natural. También resaltó su conectividad estratégica: la proximidad a varias rutas de fibra óptica nacionales e internacionales y el paso por Santander del cable submarino Anjana, de máxima capacidad entre Europa y Estados Unidos, al que se sumará el próximo cable de Google.
El complejo se abastecerá desde la subestación eléctrica de Penagos, un nodo robusto preparado para grandes demandas, lo que permitirá descentralizar los centros de datos fuera del tradicional eje Madrid-Aragón-Cataluña. Para ello, se plantean dos nuevas conexiones a la red eléctrica, que deberán ser incluidas en la planificación estatal 2026-2030.
Arasti defendió que el campus será un aliado para la digitalización de pymes, el desarrollo de la inteligencia artificial, el big data y la ciberseguridad, al tiempo que reforzará la soberanía digital y el cumplimiento normativo dentro de la UE. “Estamos hablando de una infraestructura que cambiará la competitividad de nuestra región y abrirá oportunidades a nuestras universidades, empresas y centros de investigación”, remarcó.
El proyecto Altamira, con 637.000 metros cuadrados en Piélagos y Villaescusa, se desarrollará en tres fases. El Ejecutivo espera aprobar el Proyecto Singular de Interés Regional en diciembre para arrancar las obras en 2026 y que el complejo esté operativo en 2032.