La fiesta ilegal que desde el pasado viernes se celebra en la cantera de Roiz, en el municipio cántabro de Valdáliga, continúa perdiendo afluencia. Solo este lunes, hasta las ocho de la tarde, 146 personas y 34 vehículos habían abandonado el recinto, según datos de la Delegación del Gobierno. A esta cifra se suman los 81 participantes que se marcharon anoche y el medio centenar que lo hizo a lo largo del domingo, por lo que ya son más de 250 los que han salido de la zona.
Fuentes oficiales confirmaron además que durante la jornada se procedió a desmontar las barras de bar y el escenario instalados para el evento, aunque dentro de la cantera todavía permanecen varios asistentes y caravanas. La Guardia Civil mantiene desplegado un amplio dispositivo de control en todos los accesos, que se prolongará hasta el desalojo total. Según las estimaciones iniciales, el encuentro llegó a reunir a unas 400 personas.
El evento fue convocado a través de redes sociales sin ningún tipo de autorización. En cuanto se tuvo conocimiento de la concentración, la Guardia Civil activó un operativo en la madrugada del sábado para impedir la entrada de más jóvenes y controlar la salida de quienes ya se encontraban dentro. En este marco, los agentes están practicando pruebas de alcohol y drogas a los asistentes, además de comprobar documentación y vehículos.
Desde la Delegación del Gobierno se ha advertido de que los participantes se enfrentan a sanciones que oscilan entre los 150 y los 30.000 euros, mientras que los organizadores podrían recibir multas de hasta 600.000 euros. La empresa Copsesa, concesionaria de la cantera, ha presentado una denuncia por la ocupación ilegal de sus terrenos.