En su primer año al frente de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria, Rebeca Saavedra Arias, vicerrectora de Cultura y Transferencia a la Sociedad, ha marcado un rumbo claro: combinar excelencia académica, participación ciudadana y oferta cultural estival de calidad para toda la región. Su objetivo es que los Cursos de Verano se conviertan en un referente no solo para la comunidad universitaria, sino también para todos los cántabros y quienes eligen Cantabria como destino de veraneo. “Quiero que los Cursos de Verano de la UC formen parte del ADN de todos los cántabros y, por qué no, también de quienes tienen nuestra comunidad como lugar de descanso estival. Que el tándem verano y programación estival de la UC sea indisociable”, afirma la vicerrectora.
La edición de 2025 se ha desarrollado en 16 sedes repartidas por toda la región y ha ofrecido un total de 61 cursos monográficos y 55 actividades culturales entre talleres, charlas y conciertos. Según Saavedra, este amplio programa ha logrado captar la atención de los ciudadanos, con muchas actividades llenas y algunas con listas de espera. Entre los momentos más destacados, recuerda con especial cariño el concierto de la Camerata Coral de la UC en Reinosa, las conferencias de los periodistas Javier Chicote en Suances y Óscar Mijallo en Laredo, y los talleres de música y creación artística, que han tenido gran acogida. “Los talleres de Laredo o Castro Urdiales tuvieron lista de espera porque las plazas se cubrieron muy rápido. Aspiramos a que eso ocurra con toda nuestra programación. Queremos que la gente responda y se quede con ganas de más”, explica.
La vicerrectora subraya que atraer al público es un reto en un verano lleno de estímulos, actividades variadas y altas temperaturas, donde también se valora el descanso tras un curso intenso. Sin embargo, Saavedra defiende que formarse y participar en actividades culturales es también una forma de desconectar y vivir nuevas experiencias. Para comprobarlo de primera mano, ella y otros miembros del equipo rectoral asistieron a varias actividades y se integraron como alumnos en algunos cursos. “Yo he asistido a conferencias fantásticas, que me han abierto nuevos mundos; he tomado una clase de pádel surf, que fue divertidísima; y he participado en uno de los talleres de pintura, una de las tardes más relajantes del verano. Si yo lo he disfrutado tanto, ¿por qué otras personas no van a hacerlo?”, se pregunta.
Para Saavedra, mejorar los Cursos de Verano pasa por dos ejes principales: aumentar la calidad de la oferta y llegar a más personas. La primera es clave para consolidar la UC como referente regional y, por qué no, nacional. La segunda responde a una cuestión de responsabilidad: gran parte de la financiación proviene de dinero público, por lo que los beneficios de la programación deben llegar al mayor número posible de ciudadanos.
Detrás del éxito de los Cursos de Verano está el trabajo coordinado de muchas personas. El equipo del Área de Cursos de Verano ha experimentado una renovación importante, con Rosa Martín como nueva directora y varios nuevos responsables de sede, apoyados en personal de administración y servicios y en la experiencia de miembros del equipo rectoral anterior. “El esfuerzo conjunto y coordinado ha sido fundamental”, asegura Saavedra. Además, destaca la colaboración de ayuntamientos, direcciones generales, instituciones y entidades colaboradoras, cuya implicación ha sido esencial para sacar adelante la programación.
De cara al futuro, la vicerrectora insiste en la necesidad de analizar los resultados de esta edición, escuchar a todos los actores implicados y seguir innovando. Su reto es atraer a los mejores ponentes y artistas, proyectar nuevos formatos y mantener la ilusión por crear experiencias culturales únicas. “Nuestro objetivo es mejorar las cosas, pero también soñar. Análisis, ideas, ilusión y trabajo quizá sean las claves para lograrlo”, concluye.