Laredo ha puesto este martes la primera piedra de su anhelado punto limpio, un proyecto valorado en 2.040.919 euros que se ubicará en el parque empresarial de La Pesquera y cuya apertura está prevista para principios de 2026. La empresa Europea de Ingeniería y Obra Civil será la encargada de ejecutar unas obras que cubrirán una superficie de 10.000 m² y que completarán la red autonómica de gestión de residuos.
El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Roberto Media, acompañado por el director general de MARE, Pedro Ruiz, y el alcalde laredano, Miguel González, destacó durante el acto inaugural que esta infraestructura responde a una «reivindicación histórica» del municipio. «Llevábamos años esperando un equipamiento de esta envergadura», reconoció el regidor, mientras Media subrayó que la instalación será gestionada por la pública MARE.
Inversión verde y servicio comarcal
El proyecto se enmarca en un plan más amplio de 20 millones –con fondos autonómicos y europeos NextGenerationEU– para modernizar la red de puntos limpios en Cantabria. Junto al de Laredo, se sumarán otras nuevas instalaciones en zonas con alta demanda, como el recién inaugurado en Noja o el previsto en Castro Urdiales.
La infraestructura laredana, integrada en el Proyecto Singular de Interés Regional (PSIR) de La Pesquera, ofrecerá servicio a toda la comarca. Entre sus novedades destaca una planta de compostaje que transformará restos de poda –hasta ahora destinados a vertedero– en abono para agricultura y jardinería, «dándoles una segunda vida», según explicó Media.
Datos que avalan la necesidad
La red de puntos limpios de Cantabria atendió en 2024 a 324.068 usuarios, gestionando 60.651 toneladas de residuos. De ellas, el 84,33% se valorizaron mediante tratamiento, mientras que solo un 15,67% acabó en vertedero.
El nuevo equipamiento recibirá desde escombros y maderas hasta residuos peligrosos, todos aquellos materiales que por tamaño o características no pueden depositarse en los contenedores urbanos convencionales. La parcela, de casi una hectárea, dedicará 5.000 m² al punto limpio y 4.000 m² a la planta de compostaje.
Las obras incluirán demoliciones, adecuación del terreno, nuevas redes de saneamiento y abastecimiento, así como instalaciones eléctricas y de comunicaciones. Un paso más hacia la economía circular que, según el Gobierno regional, reforzará la gestión sostenible de residuos en el oriente cántabro.