Los adolescentes son especialmente vulnerables a los bulos que circulan en redes sociales, tanto por su alta exposición a este tipo de contenidos como por la falta de formación previa en pensamiento científico. Así lo ha explicado Helena González, directora de contenidos de Big Van Ciencia, durante el curso de verano ‘Cazabulos’, organizado en Laredo por esta entidad en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Cantabria.
El objetivo del monográfico, impartido esta semana, ha sido dotar a docentes y profesionales que trabajan con jóvenes de herramientas prácticas para ayudarles a identificar noticias falsas, especialmente en formatos audiovisuales y en redes como TikTok o Instagram, donde los adolescentes pasan buena parte de su tiempo.
González ha subrayado la necesidad de que los propios jóvenes se conviertan en “verificadores” del contenido que consumen, aprendiendo a cuestionar lo que ven. Durante las sesiones se han abordado estrategias como la localización de fuentes fiables, la identificación de posibles conflictos de interés, el uso de buscadores de referencias o el acceso a plataformas de verificación de datos.
Uno de los indicadores más útiles para detectar un bulo, según la experta, es el uso del lenguaje emocional o anecdótico. “Los que desinforman suelen recurrir a testimonios individuales, experiencias propias y apenas aportan datos contrastados”, ha señalado.
Además, ha advertido que ni siquiera los contenidos de carácter científico están exentos de falsedades. “Circulan vídeos que parecen inofensivos pero que generan confusión, como los que muestran experimentos imposibles o ‘trucos’ falsos”, ha apuntado, citando como ejemplo los vídeos virales que mezclan frutas para crear híbridos inexistentes.
En el ámbito de la salud, el impacto es aún más preocupante. “Los adolescentes están especialmente preocupados por su imagen, y eso les hace más proclives a creer bulos relacionados con dietas, musculación o estética, que pueden tener consecuencias directas sobre su salud”, ha advertido González. Por ello, ha insistido en el papel clave de los educadores para fomentar desde las aulas una actitud crítica frente al contenido digital.