La música popular de Cantabria cobrará vida este jueves, 17 de julio, en el Centro de Estudios Lebaniegos de Potes, donde el músico y multiinstrumentista Mariu Torre ofrecerá un taller dedicado a los sonidos tradicionales de la región. Organizado dentro del programa de Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria, el encuentro comenzará a las 16:00 horas y tendrá una duración de tres horas.
Torre acercará al público más de una quincena de instrumentos populares, muchos de ellos casi en desuso, como la dulzaina, el rabel, los chiflos de primavera o el pínfano. Durante la sesión, el artista hará un repaso por la historia y evolución de estos instrumentos, acompañando sus explicaciones con grabaciones originales en vinilo y discos de pizarra, para después interpretarlos en directo y explicar su origen.
Uno de los focos del taller estará en los chiflos, pequeñas flautas que antaño se fabricaban de forma artesanal con materiales naturales como cortezas de fresno o avellano. Torre destaca que su elaboración era parte del juego infantil y que existía incluso una suerte de ritual para hacerlos, con cantinelas que los niños recitaban mientras tallaban la madera con una navaja. “Aún hay quien recuerda ese entretenimiento, aunque se ha ido perdiendo con las nuevas generaciones”, lamenta.
Además de su función lúdica, muchos de estos instrumentos también eran herramientas de comunicación en los pueblos, cuando no existía el teléfono o su uso era limitado. El cuerno, por ejemplo, se utilizaba para lanzar señales entre vecinos o en tareas de pastoreo.
El rabel —instrumento de cuerda cuya tradición se mantiene viva— y el acordeón diatónico también formarán parte del repertorio del taller. Sobre este último, Torre subraya su papel en la transformación del baile popular: “Con su sonoridad más festiva, cambió el estilo de los bailes, que pasaron de ser sueltos a bailes agarrados”.
Respecto al estado del folclore en la región, el músico es optimista y reconoce que hay una escena activa con intérpretes y escuelas. Sin embargo, señala una pérdida en la riqueza expresiva de tiempos pasados: “Echo en falta la complejidad de las antiguas maneras de cantar, los estilos se han homogeneizado y se ha perdido parte de la personalidad que tenían los intérpretes de antes”.
Este taller supone una oportunidad única para reconectar con el patrimonio musical cántabro desde una perspectiva cercana, vivencial y con rigor histórico.