El municipio de Rasines ha sido escenario este martes de un emotivo acto de homenaje a Alfonso y Felisa Montes Maza, hermanos naturales de Ojébar cuya vida quedó marcada por el exilio forzado tras la Guerra Civil. Alfonso fue asesinado en 1942 en el campo de concentración nazi de Mauthausen, mientras que su hermana Felisa, hoy residente en Francia con 97 años, también vivió el desarraigo tras huir junto a su familia.
La ceremonia, celebrada en las Antiguas Escuelas de Ojébar —donde estudió Alfonso—, ha sido organizada por la Delegación del Gobierno en Cantabria con el apoyo del Ayuntamiento de Rasines y el Colectivo Memoria de Laredo. Ha contado con la presencia del secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, y el alcalde del municipio, Sergio Castro.
Durante el acto, enmarcado en la víspera del Día de Recuerdo a las Víctimas del Exilio, se descubrió una placa en recuerdo de Alfonso en la fachada del centro social y se entregó a la familia una Declaración de Reconocimiento y Reparación Personal, expedida por el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática.
La historia de Alfonso Montes refleja el drama del exilio: partió hacia Francia en 1939, fue detenido y trasladado a varios campos, hasta acabar en Mauthausen, donde murió el 10 de julio de 1942 en el subcampo de Gusen. Su hermana Felisa abandonó España siendo niña, junto a sus padres, y se establecieron en Francia, donde aún vive. Su hija Claudie viajó desde allí para asistir al homenaje y aseguró que, aunque nunca conoció a su tío, su madre mantuvo viva su memoria.
Fernando Martínez destacó la importancia de recordar el sufrimiento de los más de 500.000 españoles que tuvieron que abandonar el país por motivos políticos, y subrayó el papel del exilio español en la lucha por la libertad en Europa. “Hay que mantener viva esta memoria, especialmente entre los jóvenes, como antídoto frente al auge del negacionismo y el retroceso democrático”, afirmó.
Por su parte, la delegada del Gobierno en Cantabria, Eugenia Gómez de Diego, reivindicó el acto como un ejercicio de justicia, verdad y reparación, y puso en valor la labor de los colectivos memorialistas. También recordó que esta semana se cumplen 80 años de la liberación de Mauthausen y Gusen, y aludió a la investigación abierta por la Fiscalía de Memoria Democrática sobre la posible colaboración del régimen franquista con la Alemania nazi en la deportación de españoles.
Este homenaje se enmarca en el cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática, que reconoce el derecho a recuperar la historia personal y familiar de quienes sufrieron persecución. “La memoria por sí sola no basta para evitar repetir errores, pero es imprescindible para no olvidar”, concluyó Gómez de Diego.
La historia de los Montes Maza, silenciada durante décadas, ha vuelto a la luz como símbolo de la dignidad robada y de la justicia que aún se sigue reclamando.