La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, defendió la actuación del Ejecutivo autonómico frente al apagón eléctrico que afectó a gran parte del territorio durante horas. “Cantabria ha sido un ejemplo de previsión, coordinación y eficacia”, afirmó al cierre de una jornada marcada por el desconcierto inicial y los esfuerzos por restablecer la normalidad, ya visible al final del día en la mayoría de zonas.
Durante su comparecencia tras la segunda reunión del Cecop (Centro de Coordinación Operativa), Buruaga confirmó que se mantendría activo el nivel 2 de alerta —máximo permitido por la comunidad sin intervención estatal—, al menos hasta el martes. Esta decisión garantiza la continuidad de los refuerzos en servicios de emergencia y cuerpos de seguridad durante la noche, un tramo horario que consideró “crítico” en este tipo de episodios.
Mientras otras autonomías pidieron al Estado que asumiera el mando, Cantabria optó por no elevar la emergencia al nivel 3. La presidenta insistió en que en ningún momento se vieron sobrepasados: “La situación ha estado encauzada desde el principio”.
El corte eléctrico sorprendió al Gobierno en plena sesión parlamentaria. A las 12.36 horas, el hemiciclo sufrió un breve apagón, pero pudo continuar gracias al generador autónomo. Sin embargo, conforme llegaban noticias del exterior y aumentaba la tensión, los diputados comenzaron a abandonar el pleno. Gema Igual, alcaldesa de Santander, fue una de las primeras en salir al ser informada de rescates en ascensores por parte de los bomberos. El alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada, avisó de que estaban desplazando efectivos a los colegios.
La sesión acabó suspendiéndose hacia las 13.45 horas, coincidiendo con las primeras medidas institucionales. A las 15.00, se activó el nivel 2 del Plan Territorial de Emergencias, y media hora más tarde arrancaba la reunión del Cecop en la sede del 112, con presencia de representantes del Gobierno regional, Delegación del Gobierno y fuerzas de seguridad.
El consejero de Salud, César Pascual, fue el primero en informar públicamente de la situación, asegurando que los hospitales funcionaban con generadores y que los centros de salud más grandes seguían atendiendo. Además, el Servicio Cántabro de Emergencias desplegó recursos propios pensando en personas dependientes conectadas a equipos médicos.
La prioridad pasó a ser garantizar el suministro energético en infraestructuras clave como hospitales y residencias. También se trabajó en asegurar combustibles para grupos electrógenos y establecer canales de comunicación alternativos ante las dificultades con la red telefónica. La Unidad Militar de Emergencias (UME) se activó de forma preventiva.
La presidenta no intervino directamente durante la reunión, cumpliendo con el protocolo que designa como portavoz a la directora general de Seguridad, Mónica Escobedo, quien informó de las incidencias y decisiones adoptadas. “La situación general estaba bajo control, aunque persistían problemas puntuales”, indicó.
El restablecimiento del suministro se inició por la estación eléctrica de San Miguel de Aguayo, desde donde se fue extendiendo progresivamente al resto del territorio cántabro. A las 19.00 horas se celebró una segunda reunión del Cecop, ya con un tono más tranquilo gracias a la recuperación del servicio y la estabilización de los servicios esenciales.