Cantabria se mantiene como una de las pocas comunidades que ha conseguido reducir su cifra de desempleo en el primer trimestre del año, a pesar de que el balance interanual refleja aún ciertos retrocesos. Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la región perdió 1.100 parados en los primeros meses de 2025, lo que supone un descenso del 4,58% respecto al trimestre anterior, solo superado por el País Vasco (-4,94%).
Con este recorte, Cantabria alcanza los 22.400 desempleados y sitúa su tasa de paro en el 7,86%, consolidándose de nuevo por debajo de la barrera del 8% que delimita técnicamente el ‘pleno empleo’. En un contexto nacional donde el paro ha crecido un 7,46% y ha dejado 193.700 desempleados más en España —el peor dato para un primer trimestre desde 2013—, Cantabria destaca por su resistencia.
Sin embargo, la comparación interanual ofrece una fotografía menos optimista: en un año, la región ha sumado 1.000 parados más (+4,61%), mientras que el conjunto del país ha visto descender el desempleo en un 6,34%. El número de ocupados, por su parte, se sitúa en 261.900, con un incremento de 800 respecto al último trimestre pero 700 menos que hace un año, marcando así la ocupación más baja para un arranque de año desde 2023.
El número de activos alcanzó las 284.200 personas, tras reducirse en 300 en el primer trimestre. Según valoró el secretario de Empleo de UGT Cantabria, Julio Ibáñez, el balance trimestral «es positivo en términos generales», pero recordó que «seguimos peor que hace un año, con más personas desempleadas, menos ocupadas y un notable aumento de la población inactiva».
Ibáñez puso el foco en la brecha de género: «El empleo femenino crece tanto en cantidad como en calidad, pero el masculino retrocede», detalló, destacando también la pérdida de 2.000 empleos entre los menores de 25 años respecto al último trimestre de 2024. A pesar de la mejora en los contratos indefinidos femeninos, tres de cada cuatro nuevas personas inactivas son mujeres.
Desde Comisiones Obreras (CCOO), la secretaria de Empleo, Laura Lombilla, advirtió de la «fragilidad» de las mejoras observadas en las cifras femeninas y pidió cautela: «Tememos que estos datos no se consoliden si no se apuesta decididamente por el empleo de calidad». Lombilla alertó también del descenso del empleo a tiempo completo y del aumento de las jornadas parciales, además del retroceso de la contratación, tanto indefinida como temporal.
Por sectores, la industria ofreció uno de los pocos datos positivos, con 3.900 ocupados más que hace un año y 1.800 respecto al trimestre anterior, aunque Lombilla subrayó la incertidumbre que generan casos como Bridgestone o Sidenor. En cambio, el sector servicios, esencial para Cantabria, sufrió una pérdida de 3.400 empleos en términos anuales y de 800 trimestralmente.
En paralelo, las personas paradas de larga duración (más de dos años) disminuyeron un 25,45% interanual, mientras que el número de asalariados se redujo en 2.200, una caída centrada exclusivamente en los hombres.
Para Lombilla, la situación evidencia la necesidad de acelerar cambios estructurales: «La reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales no es solo justa, es urgente para reforzar la estabilidad y calidad en el empleo», concluyó.