La Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria ha dado a conocer el borrador del calendario escolar para el curso 2025-2026, que experimentará varias modificaciones respecto al actual. Los ajustes, motivados en parte por el adelanto de la Semana Santa, incluyen cambios tanto en el inicio de las clases como en la distribución de los descansos, lo que ha provocado la oposición de sindicatos y representantes educativos.
El calendario presentado por el departamento que dirige Sergio Silva mantiene el modelo de descansos bimestrales, pero introduce algunas alteraciones que no han sido bien recibidas por la Junta de Personal Docente. Una de las modificaciones más destacadas es el inicio de las clases en las distintas etapas educativas. Mientras que los alumnos de Infantil y Primaria comenzarán el 8 de septiembre, los de Secundaria y Bachillerato lo harán tres días después, el 11 de septiembre, atendiendo a las peticiones de los directores de los centros de Secundaria.
Por otro lado, la Semana Santa marcará un cambio en los días de descanso, ya que la Consejería ha decidido adelantar la última semana de vacaciones para coincidir con las festividades de Jueves Santo y Viernes Santo, que tendrán lugar los días 2 y 3 de abril. De esta manera, los alumnos disfrutarán de una semana no lectiva entre el 30 de marzo y el 3 de abril, en lugar de las fechas actuales, que corresponden a los días 17 y 18 de abril. Esta medida, que reduce el número de días de descanso, permite, a su vez, retrasar el inicio del curso para Secundaria y Bachillerato y adelantar su finalización en junio.
En cuanto a la distribución de los días lectivos, el primer trimestre contará con 70 días para Infantil, Primaria y Educación Especial, mientras que Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional tendrán 67 días. El segundo trimestre se distribuirá entre 52 y 53 días lectivos, con el descanso de Semana Santa incluido. Finalmente, el tercer trimestre abarcará entre 53 y 55 días lectivos, con una concentración de días seguidos en mayo y junio.
Este nuevo modelo ha sido muy criticado por los sindicatos, que consideran que se aleja del sistema bimestral establecido en 2016. La Junta de Personal Docente ha argumentado que el calendario propuesto no respeta el equilibrio pedagógico, ya que la última fase del curso se convierte en un periodo prácticamente trimestral sin ningún descanso. Los sindicatos proponen que la última semana de descanso se traslade a finales de abril, entre el 27 de abril y el 1 de mayo, y que el inicio de las clases se haga de manera uniforme, sin distinciones entre etapas educativas, comenzando el 7 de septiembre y finalizando el 23 de junio.
Además, otro de los puntos polémicos del calendario es la vuelta a clase tras las vacaciones de Navidad. Por primera vez, los alumnos de Secundaria y Bachillerato regresarán a las aulas el 7 de enero, mientras que los de Infantil y Primaria lo harán el día 8. Esta diferencia ha generado también malestar entre los docentes.
El Gobierno, por su parte, defiende que el calendario es equilibrado y que ha tenido en cuenta las sugerencias de la comunidad educativa. La Consejería ha explicado que los cambios en el inicio del curso para Secundaria responden a una solicitud de los centros educativos, que necesitan más tiempo para preparar el inicio del curso y la incorporación de los profesores interinos.
A pesar del rechazo sindical, la Consejería tiene la facultad de aplicar el calendario sin la aprobación de la Junta de Personal Docente. No obstante, hoy jueves se celebrará una Mesa Sectorial de Educación en la que se debatirán las críticas y propuestas alternativas, como el retorno al modelo bimestral defendido por los sindicatos.