Cantabristas ha presentado alegaciones contra el macrovertedero de inertes que se pretende instalar en Miengo, en una parcela de más de 142.000 metros cuadrados situada en suelo rústico protegido. La formación considera que el proyecto es «incoherente» con el Plan de Residuos de Cantabria y advierte de sus posibles impactos ambientales y sociales en la zona.
El portavoz del partido, Paulu Lobete, ha criticado que la falta de planificación territorial permite la proliferación de iniciativas «irresponsables» como esta, que, según afirma, no responden a las necesidades de la población ni se ajustan al entorno. Además, ha señalado que existen alternativas viables para la gestión de este tipo de residuos, como el vertedero de Castañeda.
Entre los principales argumentos que sustentan las alegaciones, Cantabristas destaca la inadecuación del suelo, la ausencia de una evaluación de impacto ambiental, el riesgo de contaminación de acuíferos, los posibles daños arqueológicos y la falta de un plan de prevención de incendios. También advierten de que el macrovertedero podría perjudicar otras actividades económicas en la zona y denuncian la inexistencia de un Programa de Vigilancia Ambiental.
La formación ha subrayado la «absoluta incoherencia» de ubicar una infraestructura de estas características en el Geoparque Costa Quebrada, un espacio protegido que, según Lobete, debería estar blindado ante proyectos que ponen en riesgo sus valores ambientales. Por ello, el portavoz ha reclamado la creación de herramientas normativas que impidan que «cualquier proyecto pueda desarrollarse en cualquier lugar» y que garanticen la protección del territorio frente a decisiones arbitrarias de las administraciones.